¡Que mañana se casan Iñigo y Tamara! ¡Que suerte! ¿No?. Para mí sí, porque creo en el perdón (no siempre ¡eh!) y en el amor, y porque una no va a dejar de llevarse al huerto a un hombre del que está enamorada, total porque le haya puesto los cuernos unas cien veces por lo menos, el primero es el que molesta, los demás no porque ya estás como que acostumbrada. Y, además, si el chico dice estar arrepentido, quiénes somos nosotros para no creerlo.
Y es que Tamara es de las mías, de las que decimos: “Yo por ahí no paso”. Y, después, pasamos por lo que sea y por donde sea (y mira que con la altura de las puertas es incómodo lo de los cuernos, pero una se apaña) y es que cuando nos colgamos por alguien somos capaces de todo, todito, todo.
Pero hay que apostar, hay que apostar siempre por el amor aunque sea por el que sentimos nosotras. Y, fijaros que yo creo que el tal Iñigo también está enamorado de Tamara, lo que pasa es que al chico le pueden las faldas o los pantalones o los uniformes de policías nacionales, o…
Vaya impresentable la tal policía, que después de pasarse por la piedra al famosito de turno va y lo explica al mundo (como si de un Luis Miguel Dominguín cualquiera se tratara). Esta chica no creo que quiera ser policía lo que quiere es ser famosa. Me la imagino haciéndose una muesca en el cinturón, aunque no sé si le quedará sitio, porque como parece que está un rato buena, le va el rollo nocturno y era libre, se lo ha debido de pasar bastante bien la “angelito”, así que seguro ha hecho honor al dicho: “Lo que se tienen que comer los gusanos que lo disfruten los cristianos” y para cristiano, Iñigo.
En fin, la mujer ahora parece que tiene novio y está embarazada, pero vamos, que si yo fuera su novio tendría el mismo problema que puede tener Tamara Falcó que no está libre de que se los pongan…
Y, para más INRI, que sea policía nacional es un mal rollito porque si uno no se puede fiar ni de la policía para hacer unas confidencias de nada, en medio de un aquí te pillo aquí te mato ¡Jo! Estamos j……
Si yo fuera su jefe la ponía firme, porque no se puede decir que sea un buen ejemplo para el cuerpo. Pero, ¡claro! Para cuerpo el que dicen tiene esta señora, así que no creo que sus compañeros le vayan a censurar por su falta de moral. ¿Moral? Pero eso qué es cuando se está tan rebuena.
En fin, yo creo en el éxito de este matrimonio, el de Iñigo y Tamara porque hasta el más crápula se rinde a la bondad, a la simpatía, a los principios, ¿el dinero? (tampoco le vamos a hacer ascos), en definitiva al amor que te ofrece una buena persona.
Deseo que esta pareja sea feliz, muy feliz y que estén juntos muchos años, apuesto por ellos, porque esta chica que es encantadora, se merece tener a su lado a alguien que la quiera y la respete, que al final es lo que queremos todos hombres y mujeres (incluso policías): amor infinito.
Y todo estos que están esperando que el tal Iñigo la traicione el mismo día de la boda, yo les diría que lo malo que deseamos para los demás lo sufrimos nosotros, así que dejaros de tantos malos augurios y mandémosles buenas energías para que triunfe el amor verdadero.
¡Ah! y no seáis tan envidiosos, que la chica no tiene la culpa de ser guapa, rica, famosa, aristócrata y encima tener principios.
Chicos, chicas, tranquis, que cada uno nace donde nace y ella ha tenido suerte en esta vida.. ¡Pues ya está!
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El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.
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