26 de abril de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Padres e hijos

En estos días y por diferentes motivos tengo muy presente a mis padres, ambos fallecieron con pocos meses de diferencia… Y, casualmente, mirando las publicaciones de Facebook, (yo que no suelo entrar en esa red social), encuentro el escrito de una persona que aprecio mucho, que en una especie de catarsis explicaba la relación que había mantenido con su madre, una mujer de apariencia sensible y encantadora, pero con un carácter distante y frío con sus hijos.

Mi amigo explicaba una anécdota de los últimos días de la vida de su progenitora cuando éste le dijo lo mucho que la quería y ella, ni siquiera en ese momento, tuvo un arranque de cariño hacia su hijo sino todo lo contrario.

No sé qué sucedería en la vida de esa persona para ser tan dura o cruel (no tengo tantos datos como para poder utilizar la palabra adecuada, aunque parece que alguna de éstas podrían definirla),  pero de una cosa estoy segura, algo muy bueno debió de hacer esta mujer en alguna de sus vidas, porque su hijo no solo es una gran persona, cariñosa, educada, sensible, sino un excelente padre.

No tengo una visión nítida, de si es bueno o no exponerse y abrir nuestro corazón en una red social, y aunque sí debería ser un escaparate para compartir sentimientos no es así, porque desgraciadamente, vivimos un mundo donde está instalada la superficialidad y no se valora la valentía que hay que tener para mostrar unos sentimientos que se pueden, fácilmente, convertir en un arma arrojadiza que se vuelva en contra nuestra en manos de nuestros enemigos…

Porque todos tenemos enemigos, grandes o pequeños, pero enemigos al fin y al cabo. La información es poder, y no hay nada peor que la maldad que impera en el alma de algunas personas que con su falta de humanidad pretenden que tengas que avergonzarte de lo que te ha tocado vivir, en vez de admirar esa capacidad que tiene el ser humano para sincerarse públicamente, utilizan esos datos para hacer daño.

Esta historia me ha hecho pensar en una novela que leí en el pasado, donde el protagonista desnuda sus sentimientos y explica su vida en un entorno de familia desestructurada. Tenía unos padres que vivían su día a día arrastrando sus frustraciones desde el alcoholismo y la enfermedad, en un entorno donde los hijos sufrían las consecuencias derivadas de sus fracasos, donde primaba cada día el miedo, la impotencia, la tristeza, donde reinaba todo menos el amor y la paz y ellos rezaban para tener un hogar feliz como el de otros niños, no el que sufrían.

El protagonista de la narración decía que después de vivir en el infierno solo se puede ascender, y que esas vivencias le hicieron crecer como persona y salir al mundo fuerte dispuesto a enfrentar cualquier situación, por muy buena o mala que le deparara el destino. Hablaba de cómo no les guardaba rencor a sus padres, porque desde ese mundo atormentado donde vivían no eran conscientes de que a su alrededor malvivían dos personas (su hermana y él) que ellos se habían encargado de traer al mundo y a los que no tenían en cuenta.

Personas como las que narra la historia hay muchas, las podemos traer a la realidad sin temor a equivocarnos… Dos personas que estaban juntas para hacerse desgraciados, ninguno de los dos tenían a la pareja que les podría haber hecho feliz, a la persona que necesitaban a su lado, así que la relación era un imposible y el fracaso crecía día a día.

También explicaba cómo no podía culpar a sus padres de hacer su vida tan difícil, porque ellos, a su manera, hacían por sus hijos lo único que podían o sabían. No sentía que tuviera que responsabilizar a unas personas por haber tenido unos hijos que desatendían sin querer, porque tener hijos es lo que se esperaba de ellos después de la boda, sin preguntarse si estaban preparados o era eso lo que querían hacer con su vida… Pero tocaba.

Pero el problema es que tener hijos no siempre hace que una pareja sea feliz, porque ser padres no siempre forma parte de un proyecto común, a veces es decisión de una de las partes y el otro se deja llevar. Otras, una de las partes  decide unilateralmente  tener hijos como coacción para retener a la otra mitad cuando no están seguras de poder tenerlo a su lado por amor.

Sí, ser padres debe ser difícil, porque hay gente que se mantiene en pareja acabadas y que les castran la vida, donde los hijos son utilizados como excusa, para no afrontar decisiones que en muchos casos tienen que ver con la cobardía, más que con la responsabilidad paternal y que les obliga a renunciar a su propia felicidad

Esta historia me impactó porque el protagonista se hacía una reflexión que se puede aplicar a tantos casos…  Y es que lo único que él había deseado de sus padres era su cariño y poder sentirse orgulloso de ellos… Pero, (explicaba), que con el paso del tiempo pudo entender que no podía esperar de ellos nada más que  lo que le ofrecían, era su vida, era su circunstancias y no sabían vivirla de otra manera… y sus hijos eran casi como un daño colateral, no porque no los quisieran.

Personalmente él deseaba que hubieran tenido la valentía de separarse, de encauzar su vida desde otra perspectiva y ser felices cada uno por su lado y vivir, porque juntos no lo consiguieron… Pero parece que estaban predestinados.

Así que este libro me confirmó algo que yo ya pensaba desde pequeña desde mi perspectiva de hija, y es que cuando quieres a tus padres lo que deseas es que sean felices, no te preocupas por con quién están o qué hacen, solo quieres verlos sonreír, ese es el mejor referente que un padre puede aportar a sus hijos, hacerle entender que en la vida hay que hacer todo lo posible por ser, sobre todo felices y afrontar y resolver los inconvenientes desde la felicidad.

El quitar hierro a los problemas, el hacerles sentir que no hay barreras para nada de lo que pasa en la vida, que hoy papá puede estar con mamá y mañana con otras personas, pero que ellos siempre ocuparan el lugar que les corresponde. Desde esta perspectiva no hay lugar para el rencor ni el drama.

Y desde luego no ha lugar, esas historias para no dormir que explican algunas personas, que al vivir con un hombre o mujer separado con hijos estos le hacen la vida imposible ¿Será que es al revés? Porque las personas, no importa la edad responden al cariño, así que lo más importante que deberíamos enseñar a nuestros hijos es a amar y a respetar.

Pero, además, hay algo que no podemos obviar porque forma parte de la vida y es que hay padres que no quieren a sus hijos e hijos que no quieren a sus padres. Porque como seres independientes que somos con nuestras características no podemos evitar tener más o menos empatía con según qué tipo de personas, aunque seamos los responsables de que estén en este mundo… Una vez crecemos y manifestamos nuestra personalidad, no por el hecho de tener un parentesco tenemos que querer o ser afines con algunos miembros de nuestra familia…

Personalmente creo en la ley del karma así que para mi tiene explicación ese agruparse en familias pero en este caso no voy a ahondar en temas que tiene que ver con la fe, y que son creencias absolutamente personales.

Así que tengamos cuidado porque tenemos a nuestro alrededor gente con miras pequeñas, ya sean familiares, amigos, hijos, que con su egoísmo anulan nuestras ilusiones, nos impiden llevar la vida que deseamos, tomar las decisiones que necesitamos, porque ellos son de otro parecer y nos hacen creer que para amarlos, para cuidarlos, para hacerlos felices debemos hacer lo que ellos quieren.

Pero, el problemas es que son ellos los que no nos quieren a nosotros, porque sino dejarían que fuéramos libres, que no tuviéramos que vivir el día a día detrás de caretas por miedo a no ser aceptados a que juzguen nuestra acciones, que no acepten lo que nos hace feliz en nuestra vida y llega un momento que no solo no somos felices si no que ni siquiera sabemos quiénes somos. Foto: Sarah Medina, John Mark Smith y agencias

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