Madre mía cómo se va hinchando el globo por el tema del beso de Luis Rubiales a Jenny Hermosos. En Instagram abundan los hashtag de #yotambiénsoyJennifer… ¡Pues que bien!
Mi hashtag sería #yonosoyJennifer… Porque a mi no me gusta la gente que ahora dice blanco y después negro en función de lo que le conviene o le dicen, en un tema tan importante como este. La mayoría de nosotros no sabemos como es Jenni Hermoso, si que profesionalmente es una excelente futbolista, pero no como persona. Así que por qué querer ser ella.
Parece, según podemos leer en su biografía, que es una chica humilde que ha luchado mucho en la vida para conseguir hacer realidad sus sueños profesionales y por fin a los 33 años ha subido al olimpo.
Pues sí, para mi Jenni, hasta hace unas horas tenía que deshojar una margarita: Por un lado si se sumaba a la causa feminista extrema donde le están convirtiendo en víctima y referente (¡qué miedo!) o si se mantenía al lado de su “amigo” Luis Rubianes, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, no dándole importancia a ese “pico” producto de un momento de euforia y que ha desatado las iras del colectivo violeta.
Pero no hay vuelta atrás, ya se ha posicionado con un comunicado durísimo que teóricamente firma ella, a través de la asociación FUTPRO donde dice:”Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte”. O sea que ahora tiene otro problema… Y yo también debo de tenerlo, porque por más que miro el video en YouTube no veo agresión por ningún sitio… (Ella hasta hace bien poquito tampoco).
Un texto que no se ajusta a la primera versión de la jugadora que cuando le preguntaron por él ósculo dijo en tono jocoso: “No me ha gustado, ¿eh?” Su familia tampoco le dio mayor relevancia.
Aunque no importan las palabras porque están las imágenes que hablan por sí mismas y la ocasión era de gloria deportiva, donde ella también agarra al presidente por la cintura en un momento de exaltación y familiaridad, lo que demuestra el grado de confianza que existía entre ellos. Aunque la relación de amistad (al margen de los cargos) entre un hombre y una mujer a veces es complicada y una mirada mal entendida puede hacer que crucemos la línea y confundirnos.
Es cierto, Luis Rubiales es un poco troglodita en sus maneras, pero como la mayoría de los españoles. Yo, que soy del sur e hija de obrero, hay situaciones que no me cuesta entender y a las que doy una importancia relativa, lo que no quiere decir que las apruebe. Por ejemplo, lo de tocarse sus “cosas” es un gesto muy de macho alfa hortera, que iba dirigido a otro hombre que estaba en el césped, lo de coger del hombro a la mismísima Reina, en plan familiar forma parte de las costumbres patrias, de hombres así de espontáneos y echaos palante que ni se fijan en quien tienen al lado, pero que te agarran y ya está… Eso sí, “sin maldad” ¡eh!
En fin, la Reina siendo periodista seguro que acumuló muchas horas de calle y deduzco que estaba acostumbrada a tratar con reporteros varios que, sin ánimo de ofender, muchos de ellos tampoco es que sean un compendio de buenas maneras, y sé de lo que hablo, así que no creo que se asuste por el achuchón, eso sí, ella se mantuvo estática, Jenni, sin embargo, en plan más coloquial interactúo con el “presi”. Y además, cuándo hemos ganado una Copa del Mundo de Fútbol Femenina. Nunca jamás. Pues ya está, es normal que la gente se ponga contenta y haga cosas que no suele.
Quiero aclarar que no estoy valorando ni juzgando la vida personal, ni profesional del señor Luis Rubiales, que tendrá luces y sombras, como la de todos. Me ciño a comentar el momento “beso” que ha desatado la tormenta, porque cuando suceden cosas como estas y deciden convertir a una mujer en víctima y a un hombre en verdugo suelen salir todo tipo de perjudicados, unos con verdades, otros con mentiras, pero así la pelota sigue rodando. Este folletín que se ha montado donde todos opinamos, donde casi estamos obligados a posicionarnos, me recuerda al novelón guionizado de Rocío Carrasco: Contar la verdad para seguir viva ,donde había que estar a su lado necesariamente, porque si no eras una traidora a la causa feminista.
El tiempo ha demostrado lo que ya se veía desde el minuto cero, que era más ficción que realidad, que la tal Rocío junto con los guionistas de La Fábrica de la Tele, le echaron bastante imaginación a un producto que la convirtió en “más” millonaria, porque ya lo era. Para muchas se quedó con el preciado título de “referente”, para mí con el de caradura.
A todo esto 77 deportistas están tan enfadadas con los responsables de la Federación de Fútbol que dicen que no participaran en ningún encuentro deportivo mientras esté la actual directiva, o sea que ahora a fastidiarlos a todos, ya no es que Luis Rubiales se haya excedido, resulta que tiene que dimitir hasta el gato ¡Ojito! que no saben qué hacer con Irene Montero y con su “séquito”.
Yo a Jenni Hermoso le diría varias cosas: Una que no se deje manipular por nadie, que esa fuerza que ha demostrado en el campo la demuestre también en la vida real, que si era amiga de Luis Rubiales, y esa amistad dio pie a un hecho reprobable al que ella no dio importancia dado el contexto, que no permita que por ello la conviertan en víctima, porque ese papel está reñido con esa trayectoria de mujer dura y decidida que le ha hecho llegar a la cúspide deportiva.
También que no haga el juego a quienes quieren convertirla en referente de posicionamientos políticos partidistas, eso a la larga pasa factura, que siga jugando al fútbol y por supuesto siempre defendiendo sus derechos. Que si tiene que ser abanderada de algo que sea de la verdad, que no se puede jugar con la vida de las personas. Y también importante, es que cuando uno no se deja mangonear por nadie duerme más tranquila.
Pero… Como no conozco a esta deportista no sé si existe una trastienda en su relación con el presidente de la federación. Al margen de las supuestas carencias o virtudes de Rubiales, de sus supuestas salidas de tono, está claro que van a por él y que pronto le apearán de su cargo (tanto si se lo merece como si no).
Hay que sancionarlo, eso sí, (de momento la FIFA le ha suspendido) porque un cargo público tiene que guardar las formas y separarla de los impulsos, aunque solo sea por un tema estético.
Mientras nos debatimos y distraemos con esta cuestión estamos perdiendo de vista lo realmente importante para el país y para nosotros y es quién nos va a gobernar y en qué condiciones pero… Es tal la capacidad de manipulación que estamos viviendo que si no hubiera habido beso sería otra cosa. El caso es despistarnos…
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