2 de mayo de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Avaaz pide apoyo para ayudar al pueblo masái a no ser desalojados

Los ancianos masáis a través de la Comunidad de Avaaz piden ayuda para no seguir siendo desalojados de sus tierras ancestrales para dar paso al turismo y a la caza

A Africa se le conoce como el continente de la esperanza. Con una gran riqueza natural (oro, diamantes, petróleo, gas, bauxita, coltán, uranio) en manos de unos pocos, su propia belleza y abundancia han sido su perdición. Poblado por fieras, selvas,  multitud de tribus diseminadas por todo el continente y bellas puestas de sol. Habitado por unos nativos que intentan mantener sus atávicas costumbres, siempre en peligro, por los intereses de unos corruptores amparados por la impunidad que les otorga la explotación de esa riqueza que han robado a los auténticos dueños de Africa. El cine ha fomentando con sus historias románticas la leyenda de este bellísimo y maltratado mundo.

Una de los pueblos que la componen son los masáis reconvertidos de fieros guerreros a pastores seminómadas (que quiere decir que no viven en un solo lugar, sino que migran con sus casas y pertenencias en busca de alimento y tierra). En la actualidad no pasan de 850.000 miembros. Expuestos a la curiosidad de los turistas que hacen safaris en el este de Africa en los que despiertan gran admiración por su forma de vida, viven diseminados desde hace siglos en tierras de Kenia y Tanzania, aunque periódicamente son desposeídos de sus asentamientos históricos

Los guerreros masáis son muy respetados por su valor, aunque ese valor, en la actualidad se limite a ser pastores nómadas de bóvidos, ovejas y cabras, alrededor de los cuales gira su riqueza económica. La vida de este pueblo se ha hecho cada vez más complicada en lugares como el norte de Tanzania donde en cualquier momento, decenas de miles de indígenas podrían ser desalojadas de sus tierras ancestrales para dar paso al turismo de lujo o lo que es lo mismo para que cuatro ricachones ejerzan la macabra afición de la caza de animales salvajes, dejando excelentes dividendos en las empresas que los organizan.

 

 

Detener el desalojo de los masáis es una de las últimas peticiones de Avaaz (la comunidad más grande y efectiva en generar cambio social ) a la presidenta de Tanzania Samia Suluhu Hassan: “Como ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo, le exigimos que se oponga a cualquier intento de desalojar a los masáis de sus territorios ancestrales o requerirles que se reubiquen para dejar espacio a los cazadores extranjeros. Contamos con la voluntad de la presidenta defensora de su pueblo para detener cualquier intento de modificar los derechos territoriales de los masáis contra su voluntad”.

Nuestras comunidades indígenas masái han cuidado la tierra y la vida silvestre de África Oriental durante siglos, coexistiendo pacíficamente. Pero sucesivos gobiernos han tratado de echarnos de nuestros hogares bajo el pretexto del turismo y la conservación”.

“A medida que el turismo se convierte en uno de los sectores de más rápido crecimiento en la economía de Tanzania, los safaris y los parques de caza están causando estragos en la vida y los medios de sustento de los masái”, dice el director ejecutivo del Instituto Oakland, El informe de Oakland explica cómo el duopolio de dos multinacionales Tanzania Conservation Ltd y Ortello Business Corporation que genera una facturación  de dos mil millones de dólares al año que terminan en las arcas de Tanzania, que, sin embargo, tienen un coste muy elevado, al menos según denuncian los autores del estudio. De hecho, los masái “tienen que enfrentarse a intimidaciones, detenciones y ataques físicos a causa de dos compañías extranjeras”.

Anuradha Mittal y Elizabeth Fraser, autoras de “Losing the Serengeti”, acusan a los funcionarios del gobierno de ser cómplices de este proceso y de explotar las leyes sobre la conservación del territorio como pretexto para confinar a los masái en territorios cada vez más pequeños. Todos a favor de las multinacionales, por supuesto.

El resultado es que “decenas de miles” de masái, según la ONG (cerca de 20.000 personas, según la prensa local) se han visto forzadas a abandonar las tierras de pastoreo tradicionales y han tenido que emigrar hacia otras zonas más secas, con menos reservas de agua obligados para facilitar los negocios de las empresas que -en connivencia con las autoridades locales- están forzando la expulsión de los masái para que importantes empresas internacionales de turoperadores controlen y exploten grandes extensiones de terreno para realizar safaris.

Curiosidades de los masáis

Viven en poblados llamados boma, sin luz eléctrica ni agua corriente, fácilmente reconocibles por sus chozas (manyatas) semicirculares fabricadas en estiércol y adobe.

La educación es un problema al no haber educación pública, porque al ser un pueblo tan pobre no tienen recursos para que todos los miembros de la familia puedan acceder a la escuela. El índice de analfabetismo es muy elevado siendo las mujeres las más perjudicadas.

Hablan el idioma mass aunque son capaces de expresarse correctamente en suajili e inglés. La mayoría mantienen su religión tradicional, pero muchos se han convertido al cristianismo

No existe un jefe de tribu y se organizan en clanes, se convocan reuniones de ancianos y discusiones públicas para decidir sobre los asuntos más generales. Alcanzan la edad adulta a los 16 años en que son circuncidados y se encargaran de llevar a cabo las tareas más complejas como la caza. En el pasado la tradición de la tribu masái, obligaba a que un joven se convirtiera oficialmente en adulto después de matar un león, en la actualidad son animales protegidos, así que adiós la a tradición como a tantas cosas.

Son polígamos, tener muchas esposas es símbolo de poder. Los matrimonios de las niñas son concertados desde que son pequeñas, pero, teóricamente, pueden tener relaciones con jóvenes guerreros, antes de contraer matrimonio… La maldad es que las casan tan jóvenes que las pobrecitas no tienen tiempo, ni libertad de tomar ninguna determinación. La población masái tiene los indices más elevados de matrimonios infantiles y mutilación genital femenina.

En la tribu masái mientras más ganado tienes, más estatus y poder posees, lo que les beneficia a la hora de contraer un buen matrimonio. Las vacas son sagradas y el rebaño provee de todas las necesidades : leche, carne, cuero y pieles. Su alimentación se compone principalmente de leche, mantequilla, sangre, miel y carne.

El papel de las mujeres masáis es el de construir las casas, hacer las tareas del hogar y confeccionar artesanía. Poco a poco el papel de las mujeres va cambiando, gracias a las diferentes ONG que tratan de enseñar a las jóvenes, a través de diferentes proyectos a mejorar su calidad de vida. El papel de las ONG en los diferentes países del continente africano es, cuanto menos digno de estudio… así que lo dejó para mejor ocasión. Fotos: Avaaz

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