El espacio Inmersa de Barcelona acoge 3000 metros cuadrados de emoción que podemos disfrutar hasta el próximo otoño.
Admiración, sorpresa, compasión, angustia, miedo, cada uno de estas emociones se viven y se sienten de una manera real cuando cruzamos las puertas de la nave que alberga la gran exposición sobre el Titanic. A partir de ahí nos adjudican un nuevo carnet y mágicamente adoptamos la identidad de uno de los pasajeros del Titanic. Yo pasé a ser un cirujano ortopédico, el Dr. Henry Heinsheimer Frauenthal (49) (porque, las energías humanas no distinguen el sexo), que viajaba acompañado de su esposa Clara. Se conocieron en Estados Unidos y decidieron casarse en Francia el 26 de marzo de 1912. La pareja volvía a su hogar muy feiz, después de disfrutar de su luna de miel, acompañados de Isaac G. Frauenthal, hermano del «novio».
Espacios con grandes fotos del Titanic (nombrado así, porque era colosal, fuerte, seguro, características que se asemejan a Titán, una de las deidades griegas), que nos enseñan cómo los ingenieros navales Alexander Carlisle y Thomas Andrews lo construyeron en los astilleros de Harland & Wolff (Belfast) por encargo de la Compañía de Navegación Oceánica a Vapor, más conocida como White Star Line. También fotos de la botadura y de cuando zarpó del puerto inglés de Southampton el 10 de abril de 1912 al mediodía, en su viaje inaugural hacia Nueva York.
Podemos admirar reproducciones de algunas de las estancias, lujosamente decoradas mezclando diferentes estilos inspirados en el Palacio de Versalles. Al acceder al buque los pasajeros encontraban una gran escalera de roble que les permitía dirigirse a casi todas las instalaciones.
Galería de fotos de algunos de los pasajeros del buque detrás de cada imagen hay una historia de amor truncada, como la de un matrimonio que pudiéndose salvar uno de sus miembros subiéndose a uno de los botes salvavidas decidió quedarse junto al amor de su vida porque «habían vivido juntos y morirían juntos». O la joven mamá, de 17 años, que corría despavorida por la cubierta con su bebé en brazos, y uno de los miembros de la tripulación la obligó a soltarlo para «tirarlo» in extremis, en un bote donde no había espacio para ella. Al final la joven mamá también se salvó, y cuando quiso recuperar a su ninito resultó que otra mujer decía que era suyo. Afortunadamnte, pudo recuperarlo días después… imaginaros la desesperación que sufriría. Pero no, no fue posible que pudieran cumplir sus sueños.
Muchos de los pasajeros, hasta ese preciso momento, lo tenían todo, disfrutaban de una vida de lujos y oropeles, pero el destino no entiende de clases sociales y todos corrieron la misma suerte. Desgraciadamente, no fue la mejor manera de abandonar este mundo, pero Dios no hace distinciones y decidió por todos.
Videos, reproducciones reales de algunos camarotes, vitrinas con infinidad de objetos (vajillas, cristalería, ropa, joyas, maletas, botellas de champán (con las que seguro algunos brindarían por haber tenido la suerte de realizar ese “viaje”), que nos sorprenden y nos angustian a la vez, porque es imposible mirarlos como simples piezas decorativas sin pensar en las personas que los usaron, y en el terror que debieron sufrir en esa noche aciaga.
Quizás la parte más impactante de la exposición es la experiencia inmersiva que nos permite, a través de la realidad virtual sentir una pequeñísima parte de la terrible sensación de vértigo y miedo, (que no se puede comparar al que debieron de sentir los pasajeros), al explorar los diferentes compartimentos del barco, mientras abrimos puertas, recorremos pasillos, esquivando muebles, platos, vemos como las majestuosas escaleras del vestíbulo del barco se empiezan a inundar y sentimos como somos arrastrados en cubierta hacia lo que parece ser el abismo. Y, casi sin darnos cuenta nos plantamos en el puente de mando viéndonos morir cuando sentimos el vacío bajo nuestros pies, mientras el barco se hunde irremediablemente y sin poder controlarlo nos preguntamos qué pensamientos pasarían por la cabeza del capitán del Titanic, Edward J. Smith, mientras agarrado a su timón veía como las frías aguas del Atlántico lo envolvían y era consciente que había llegado a su fin.
El capitán no fue el único responsable del suceso, se dieron un cúmulo de circunstancias que hicieron que una plácida noche en medio del océano, con la luna brillando en el cielo, se convirtiera en un infierno. Seguramente estaba escrito, quizás para dar una lección a aquellos seres humanos que parecían querer desafiar a Dios con su poder, sin pensar que al Creador no se le puede desafiar sin obtener respuesta. Y, como era previsible, Él respondió… Responde siempre y no siempre de la mejor de las maneras, todo en función de nuestros actos.
Pero los seres humanos no aprendemos y hay quienes rentabilizan las tragedias, así que hasta el 2023, una empresa llamada OceanGate ofrecía viajes “turísticos” con vistas a visitar el icónico barco. Pero en su último viaje y tras sumergirse el submarino Titán sufrió una “implosión catastrófica” que provocó la muerte de las cinco personas a bordo, entre ellos el empresario y aventurero fundador de la compañía que organizaba estas expediciones Stockton Rush, y también el francés Paul-Henri Nargeolet, director de investigación de RMS Titanic Inc que debía liderar la siguiente y más ambiciosa expedición que se ha realizado hasta la fecha y que comenzó en julio de 2024.
Según los científicos, en unas décadas los restos del Titanic desaparecerán por completo debido a la corrosión y unas bacterias que parecen se alimentan de metal, hasta entonces, el esqueleto no encontrará la paz.
Datos prácticos para la visita:
- Ubicación: Espacio Inmersa, Poblenou (Barcelona)
- Horarios: De lunes por la tarde a domingo de 10.00 a 20.00 h.
- Entrades :www.titanic-barcelona.com
- Duración aproximada de la visita : 60 minutos.
- Franjas escolares : Martes y Miércoles de 10.00 a 12.00 h.
Con esta exposición, Barcelona refuerza su papel como epicentro europeo de experiencias culturales inmersivas. La muestra es una coproducción de Layers of Reality (Barcelona), Proactiv Entertainment i Exhibition Hub, con la colaboración de RMS Titanic, Inc (única entidad autorizada legal para recuperar objetos del barco) y E/M Group, especializada en exposiciones culturales y científicas de alto impacto. Fotos: RMS Titanic inc y MJR y Rosmi Duaso
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El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.
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