19 de abril de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Valonia… para estrenar la primavera

Valonia es sinónimo de magia. Cómo definir si no el sentimiento que nos invade al transitar por sus bosques, prados, valles, arroyos, macizos, de una belleza inaudita, donde pensamos que en cualquier momento aparecerá un hada que transformará nuestro mundo y nos transportará a ese lugar que soñamos… al ritmo constante del canto de muchos pájaros que habitan allí, donde solo existen energías positivas que nos hacen sentir que el mundo puede ser idílico. Escoger un rincón de esta bella región de Bélgica salpicada de preciosos pueblecitos no es tarea fácil, ya que es un todo que vale la pena descubrir.

Valonia, a escasas dos horas desde España es un destino ideal para visitar durante la Semana Santa. Es una de las tres regiones pertenecientes a Bélgica, llena de cultura e historia que sus habitantes han sabido preservar.

La región valona ofrece multitud de actividades variopintas, pero posee muchos atractivos ligados al agua por lo que se la considera el tesoro acuático de Bélgica. Es una región salpicada de lagos en los que se puede practicar la pesca, natación, navegar en kayak y  en canoa, embalses artificiales, en los que podemos visitar algunas de sus presas, navegar por sus ríos o hacer recorridos por sus canales desde donde podemos contemplar vistas como, por ejemplo la del maravilloso Castillo Licot. Y como colofón a tanta belleza… podemos relajarnos en las termas de Spa.

Pero… no dejemos de visitar sus monasterios, sus claustros que nos remontan al pasado y nos hacen pensar en los miedos y las risas de los frailes entre esos muros, en otro tiempo lúgubres, que describe Umberto Eco en su libro, (y pudimos ver en la película) “En nombre de la rosa”. No es difícil imaginar a los monjes en esas grandes cocinas destilando cerveza una tradición que tiene su origen en el monasterio cisterciense de La Trappe, en Francia.

 

Dicen, que a Valonia se la puede conocer a través de sus cervezas, porque no cabe duda que la región belga es un excelente destino para quien quiera degustar esta bebida elaborada con cereales, ya que son más de 500 las variedades que se producen en los monasterios y cervecerías de la región y que son conocidas como cervezas trapenses. En la actualidad se han convertido en un reclamo turístico.

La región de Valonia es una tierra de romance es un enamorada de los enamorados y se presenta como telón de fondo para infinidad de citas en plena naturaleza, una de sus gemas más preciadas. Ese ambiente de romanticismo nos sugiere una ruta de poco más de 6 kilómetros en Frasnes-lez-Anvaing, cerca de la ciudad de Tournai. Este camino es especial porque conforme se avanza en la trayectoria se encuentran varias obras o esculturas permanentes hechas por estudiantes, todas vinculadas al emblema del amor. A lo largo del camino, por ejemplo, se encuentra un puente con ladrillos de colores en los cuales hay inscritos nombres de parejas que están enterradas juntas en el cementerio que se encuentra delante. Para que los nombres no se desvanezcan, están recubiertos con resina.

Además de esta mágica excursión que puede convertirse en un recuerdo imborrable, para las parejas que buscan aventuras y quieren deshacerse de lo clásico, la cita perfecta es la excursión hacia el lago Nisramont. Es un trayecto complicado, pero con un premio valioso: las vistas al extenso lago que da nombre al itinerario, en pleno corazón de las Ardenas rodeado de bosques.

Escoger qué rincón de la naturaleza de Valonia visitar no es tarea fácil, ya que toda la región tiene lugares que vale la pena descubrir pero hay algunos enclaves naturales que por su espectacularidad vale la pena mencionar que producen una sensación de ‘embrujo’ a todo caminante que se adentre en ellos:

Reserva Natural de Held des Gattes, que significa literalmente “Pendiente de cabras y da una clara pista de al menos, una de las cosas que pueden encontrarse allí. Pero más que su fauna, lo realmente impresionante de Heid de Gattes es el acantilado rocoso de 55 metros que se eleva verticalmente sobre el río Amblève. El Parque Natural de Rouge Poncé el más antiguo de la región de Valonia, caracterizado por un suelo turba (con tonos rojizos y amarronados) y su bosque ‘plagado’ de abedules. En Rouge Poncé, hay un camino de madera de un kilómetro en el que se puede escuchar de forma prácticamente constante el canto de muchos pájaros que habitan allí.

La Meseta de Croix-Scaille, es un macizo forestal de la bella región de bosques de las Ardenas y el punto más alto (503 metros) de la vertiente sur de las Ardenas de Namur. Además, al estar ubicado en la frontera francesa, es, también, una de las áreas forestales contiguas más grandes de Europa. Es una zona de bosques muy densos, con altos árboles que tapan los rayos de Sol, dando pasos a bellos paisajes y el Valle de Hoëgne considerado de los más bonitos de Bélgica Es un lugar de contrastes, ya que se pueden encontrar lugares más salvajes y vastos, con senderos en zigzag y pendiente que tienen cierta complicación, al estar justo en medio del bosque.Pero, sin duda, lo más asombroso de este valle son sus múltiples cascadas.

Pero… ¿que más cosas se pueden hacer en Semana Santa en Valonia, además de estrenar la primavera?

Por ejemplo, ver cómo caen huevos de Pascua del cielo. Es un popular evento que sucede durante este período en Valonia. En el club de aeromodelismo EAB Thumaide, en Beloeil, desde hace más de una década una escuadrilla de helicópteros y aviones teledirigidos arrojan miles de huevos de Pascua de chocolate. A su vez, los pilotos también realizan demostraciones aéreas.

Comprar antigüedades en el Mercadillo de Verviers. Desde hace más de 37 años, en este pequeño pueblo cercano a Lieja, se organiza un mercadillo de objetos de segunda mano el Lunes de Pascua. Hay hasta 300 ubicaciones disponibles diferentes y los vendedores varían entre profesionales que quieren vender sus piezas más bonitas hasta gente que quiere sacar de su casa algunos objetos curiosos que ocupan espacio.

Subirse al tren Trois Vallés y viajar en el tiempo. Se trata de un tren de vapor que cruza el parque de Viroin-Hermeton, dejando, en la retina de los pasajeros, algunos de los paisajes más pintorescos de Valonia. El 16 y el 17 de abril se realiza un viaje temático para celebrar la Pascua, los niños podrán ir disfrazados y el tren estará decorado correspondientemente y habrá animación para crear una atmósfera más amable y festiva. Además, el tren se dirigirá a un lugar donde está planeada una búsqueda de huevos de Pascua, una actividad muy típica en los países centroeuropeos.

Explorar las grutas de Remouchamps. En Valonia hay diversas opciones para los fanáticos de la espeleología, aunque estás llaman especialmente la atención porque son las grutas que permiten la navegación subterránea accesible a turistas más larga del mundo. Además, las de Remouchamps tienen otra particularidad: ‘La Palmera’, un fenómeno único en forma de columna tras unirse una estalactita con una estalagmita. El techo se cae y el bote entra en un viejo sifón, ampliado para que sea transitable.

Saludar a la primavera en la emparrada más grande de Europa. La Berceau de la Reid, en la provincia de Lieja, es un paseo único en Valonia. Destaca por ser la emparrada más larga de toda Europa, compuesta de 4.700 plantas enredaderas y de las cuales el 70% están catalogadas como centenarias.

Degustar los huevos de Pascua de chocolate belga. Si la región valona es la elegida para el viaje de Semana Santa, es imprescindible probar uno de sus huevos de Pascua de chocolate. El cacao en todas sus más dulces expresiones es uno de los tesoros gastronómicos de Bélgica, así que, en esta época, probarlo en forma de huevo de Pascua es un imprescindible.

Y por supuesto descubrir la gastronomía valona. Lo mejor, para mi son las patatas fritas, conocidas como french fries y los bombones, y lo dejo ahí porque la gastronomía valona es tan exquisita que da para otro reportaje.

Aconsejable antes de abandonar Valonia y después de excedernos con las patatas y el chocolate y para bajar calorías subir y bajar los 374 escalones de la escalera que se conoce como la Montaña de Bueren, es tan inclinada que suele aparecer en el listado de escaleras más extremas del mundo. Unas cuantas subiditas y bajadas y no hace falta ir al gimnasio durante una temporada. Fotos: Turismo de Valonia

 

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