19 de abril de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

¿Prohibido enamorarse?

Tengo una amiga que está súper triste porque se ha enamorado cuando tenía completamente descartado ese sentimiento.. ¿Las razones? Quién sabe, porque es algo que le ha sucedido solo a ella. El hombre que le ha despertado ese sentimiento, seguramente ni se ha enterado. Aunque, ella dice que cuando mencionó su edad, cree que fue el fin de un posible principio (la diferencia de edad es importante por parte de mi amiga, aunque no lo parezca). Porque el hombre por el que ha perdido su tranquilidad es de ideas fijas y, parece ser, que tiene claro que eso de enamorarse no va con él y menos entregar sus emociones o sentimientos Ella, sin embargo, no se conforma con un revolcón esporádico y con él lo quiere todo.

El drama está servido, porque vive inmersa en un volcán y lucha cada instante por desechar ese sentimiento, que a lo único que la conduce es a perder su autoestima y a sufrir. Es muy romántica y se lamenta de lo que siente. Sus amigas le repetimos que el amor no se puede controlar, que es una emoción que puede surgir en cualquier momento con una mirada, una sonrisa, una pequeña conversación, puede hacer que tu mundo se vuelve del revés, etc. etc. etc..

Así que le preparamos una tarde al más puro estilo “Sexo en Nueva York”. Sentadas delante de un café tratamos de consolarla, explicándole cada una de nosotras anécdotas de nuestra vida sentimental, eso que hacemos las mujeres y es extensivo a los hombre, cuando sentimos que las persona que queremos, realmente están sufriendo y aspiramos a hacerla sonreír.

Después de un sinfín de confidencias nos despedimos, Decido coger un taxi y al introducirme en el vehículo veo que lo conduce un chico de unos 30 años, bastante mono y muy hablador desde el minuto cero. Entonces, viene cuando me dice si puedo aconsejarlo con un problema que tiene, que todo el día había estado esperando que subiera al coche una persona a quien él pensara que podía pedirle opinión… Y me había tocado a mi.

El tema era el siguiente: quería ir a esquiar, Yo le dije: “¡Como a esquiar!… Pero si a estas alturas del año no debe quedar nada de nieve”…Y él: “Bueno, bueno…  ha pasear por la montaña.  Pero… eso da lo mismo, el caso es que salgo con una chica, de vez en cuando y lo pasamos bien, pero está en paro y ¡claro!, salir un fin de semana con ella implica que le tengo que pagar todos los gastos y aunque me gusta bastante eso me echa para atrás.

Como comprenderéis después del problema de mi amiga, el planteamiento me pareció alucinante y la bronca que se llevó el muchacho fue de órdago. Le llamé egoísta, que no le gustaba la chica, porque si le gustara no le importaría que no tuviera dinero, que a mi jamás se me había ocurrido plantearme, con ninguna de las personas de las que me había enamorado, cuánto dinero tenían en su cuenta corriente, ni su edad, ni su nacionalidad, Que el amor está desprovisto de egoísmo porque es un sentimiento puro, de las pocas cosas que no podemos controlar con la mente, etc. etc. etc. (aunque siendo realista hay mucha gente que si lo controla) Vamos, que terminé agotada.

Lo tuve un rato callado y hasta me dio la razón Y cuando pensé que había ayudado a su posible novia con mis razonamientos, va y me suelta: “¡Oye! ¿ tienes novio?… Aunque a mi me da lo mismo. Estoy pensando que como me gustan las mujeres con carácter como tú, estaría encantado de que aceptaras una invitación, de fin de semana o cuando quieras para pasarlo juntos y así nos conocemos. Te invito”.

¡Aluciné! Quería matarle en toda la extensión de la palabra, ¡vamos! que con cuchillo y todo… pero fui educada, y dije lo que digo siempre, que todo el mundo me dice que no debo decir. porque eso es venderse mal. ¡Vamos a ver, pero te has fijado que puedo ser tu madre! Y él me dice que la edad es un tema mental, (eso me sonaba de otra ocasión y persona), y que ahí está el presidente de Francia y su mujer Brigitte, que se llevan un montón de años y son muy felices. Que supiera quién es el presidente de Francia le aportaba unos cuantos puntos, desde luego.

Antes su insistencia de que teníamos que quedar, acerté a decir, que tenia mucha suerte porque si yo fuera una acolita de Irene Montero, se gana una demanda por acoso, ipso facto… Y tampoco se cortó: “Pues en la comisaría me dirían que he hecho muy bien invitándote”. Está bien, está bien, por fin llegué a destino.

¡Imaginaos! Me sorprendió y me reconcilio con el sexo opuesto en cuanto a temas de edades se refiere, porque era un joven que no estaba dispuesto renunciar a alguien que le gustara por más edad que tuviera. Y pensé en mi amiga.

Aún así creo que Macron es un mal ejemplo para las mujeres, porque como él no hay muchos que se enamoren locamente y que aparquen sus miedo y se tiren de cabeza a vivir el amor… Quizás, porque muchas personas no piensan que al final, la vida nos enseña que fuera de intereses económicos o de prejuicios sociales, lo que todos necesitamos es estar con alguien que nos ame por encima de todo. Y afortunadamente hay hombres valientes que apuestan por el romance y priorizan sus sentimientos… aunque sean los menos.

Fue un día de lo más completito.

Poniéndome un poco más trascendental, creo que las mujeres cuando llegamos a una edad tenemos un problema en cuestiones amorosas, porque la sociedad nos convierte en invisibles, algo que no pasa con los hombres, y nos recuerda en cada momento que hay cosas que ya no nos deberían pasar… Bueno, sí hay alguna que podemos hacer con el beneplácito social, y es viajar con el Imserso, pero no enamorarnos de un hombre más joven que nosotras.

Pero ni  mi amiga ni yo, y deseo que ninguna mujer, vamos a renunciar al amor, queremos pensar y sentir que los seres humanos pueden vivir cuentos de hadas en cualquier momento de nuestra vida, tanto hombres como mujeres y que un día, más pronto que tarde, un Richard Gere cualquiera (como en Oficial y Caballero) nos vendrá a rescatar de esa desesperanza que, a veces, se instala en nuestras vidas.

En cuanto a los sentimientos de mi amiga, sigue mal y ha decidido huir, ya no quiere coincidir con su “amor” solo quiere olvidarlo. El la decepcionó como persona y compañero, no prestándole atención en uno de esos días que todos necesitamos un gesto que nos reconforte, (seguramente él ni se enteró de sus necesidades), y también, porque ella siente, como le pasaba a Gustavo Adolfo Becquer que “el amor es su única felicidad” y el hombre del que está enamorada no parece que pueda dárselo.

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