Casi final de año, época de buenos propósitos, ideas para alcanzar metas, tiempo de retos, de grandes expectativas que, en la teoría, se irán desarrollando a lo largo de los próximos 365 días. Algunos mantienen sus intenciones los dos primeros meses del año (y ya es mucho), porque lo que solemos decir hoy, mañana se nos ha olvidado.
Y es que trabajar honradamente para conseguir éxito requiere mucho sacrificio y esfuerzo, y eso parece, que no son méritos suficientes que te ayuden a destacar en una sociedad donde solo triunfan los que abriendo las nalgas del mediocre, le pasan la lengua un montón de veces por el ojete. Supongo sabéis que para lamer culos no hace falta ser gay, sino seres despreciables sin personalidad, arribistas de medio pelo y destructivos sin valores. Y así, lamentablemente es como está funcionando esta sociedad que están “reconstruyendo” donde mientras mas ruin seas, más triunfador a los ojos de los demás.
Y, ¡claro! En este entorno pasan muchas cosas que no deberían suceder, una de las que me tiene absolutamente indignada en la campaña de descrédito que sufre la reina Letizia y por ende la Casa Real, y que los medios de comunicación no deberían comentar ni para bien ni para mal, (y no digo esto porque esté en contra de la libertad de expresión sino porque sabiendo de que puede ir el tema, a los cobardes y a los que intentan preservar sus privilegios, no se les puede dar cancha) Pero, es lo que tiene aceptar subvenciones. Me cuesta reconocer que la gente no sea capaz de separar el grano de la paja, los intereses partidistas, de la realidad .
Se veía venir que lo siguiente que escucháramos, después de resucitar a Franco, de atacar y desacreditar a los jueces, luego de cargarse todo lo que tiene que ver con la verdad, con los valores, con lo que se entiende por justicia social, sería enterrar a la monarquía, atacando a la corona por la parte, que ellos consideran más vulnerable, como es la reina Letizia.
Una mujer que no les ha seguido su juego, que pone su personalidad, por no decir otra cosa, encima de la mesa cuando se tercia. Una persona con una gran inteligencia que no le pueden mover el piso ninguno de esos politicuchos lamentables que hacen de voceras de su “dueño” y que sueltan discursos vacíos de verdad, de conciencia y de conciliación, que están ocupando cargos “regalados” porque son tan conscientes de su poco nivel moral, que se han dejado comprar por su capacidad para crear discordia entre la población.
Es difícil de entender cómo alguien como Jaime del Burgo, ex amigo de la Reina y ex marido de su hermana Telma Ortiz, un hombre que ha gozado de su confianza, se preste a semejante mezquindad. ¿A cambio de dinero, de poder, de qué? Según él, solo necesitaba explicarlo ¡Ya!. Que decepción de hombre! Que desengaño de seres humanos que no tienen problemas en ejercer de traidores.
Del periodista Jaime Peñafiel se puede esperar todo, porque esta lleno de rencor hacia la Casa Real desde hace años, ya que según él mismo explicó en uno de sus libros, supuestamente, la monarquía (entonces representada solo por el rey Juan Carlos I y la reina Sofía) (a Letizia ni se la esperaba y Felipe era un chaval) no estuvo a la altura, según sus expectativas, en un momento de su vida donde vivió un drama personal. Así que su odio se hizo extensivo hacia la “advenediza” Letizia desde el minuto cero. Para este “señor” la Reina es solo la nieta de un taxista. Sí, cierto, y a mucha honra. Pero es una “plebeya” que fue capaz de ponerle en su sitio, cuando se acercó a él en un evento y le pidió explicaciones con respecto a una información inexacta que dio. Y eso es algo que su ego, su malicia, su clasismo, su orgullo, su prepotencia, no pueden perdonar.
Peñafiel acumula muchos abriles, años que en teoría suavizan el carácter de las personas porque la experiencia vital hace que moderemos nuestros dictámenes. Pero en él es todo lo contrario, el odio se ha intensificado. Pero, que nadie tenga ninguna duda, que si Letizia se hubiera mostrado temerosa, débil y le hubiera invitado a cualquier evento en Zarzuela, la defendería a muerte y habría vuelto a ser el cortesano que fue.
Y Letizia… ¿Qué secretos oculta? Y a quien carajo le importa lo que ha vivido en el pasado o lo que vive en el presente, en su vida privada, forma parte de su intimidad a solas o con su marido, el rey. Para el pueblo lo que debe contar es el excelente papel que desarrolla como reina. Nuestro gobierno, por si alguien se ha olvidado, es una monarquía parlamentaria, el rey es el Jefe del Estado, así que con que hagan bien su trabajo tiene que ser suficiente. ¡Ya! Hay algunos que no quieren monarquía… Pero es que hay algunos que tengamos el gobierno que tengamos solo les interesan sus propias conveniencias.
Curioso, que el “mundo” se preocupe de cómo ha vivido Letizia su pasado cuando los que la juzgan deberían avergonzarse de su presente.
¿Quién es el artífice de esta campaña? ¿El Rey emérito …? Confío en que no sea así. Porque si fuera cierto, debería entonar el mea culpa pues su presente, (y yo siempre he defendido que pueda vivir en España al margen de su “errores”) está directamente relacionado con sus malas acciones del pasado ya que un Rey tiene que demostrar ejemplaridad en todas los instantes de su vida… Esa es la teoría, pero detrás de los cargos están las personas y desde luego la mayoría no son un dechado de virtudes. Y, ya de paso, no seré yo quien le recuerde al emérito, si tanto odia a Letizia, sus líos de faldas con mujeres que no han sido precisamente ejemplos de moralidad y discrección.
Yo seguiré insistiendo en mis teorías “obsoletas” de que salgamos a la palestra, porque como dijo un cantautor chileno: “El pueblo unido jamás será vencido” … Parece una frase antigua ¿no? . Sin embargo, yo creo, que está más de actualidad que nunca, y lo que representa es lo único que en estos momentos nos salvaría de la deriva lamentable en la que estamos instalados.
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El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.
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