¡Que cosas! Parece que han “despedido” a Jaime Peñafiel de su colaboración en el periódico El Mundo, por una de esas noticias que publica y que forman parte, la mayoría de las veces, de su exacerbada inventiva. Jaime, hijo, es que no paras…
Tener mucha imaginación puede considerarse un regalo pero tanta mala leche es una desgracia para sí mismo y para los demás. Pero es que hay mucha gente con muy mala “milk” que le encanta hacer daño a la gente, sobre todo cuando las circunstancias hacen que la persona a la que van dirigidas sus “opiniones”, no pueden contestar por diferentes circunstancias con el mismo nivel de saña. Así que, aprovechan ese silencio para seguir cargándose la reputación de personas, que son más intachables que el que las critica.
Pero los “malos” de manual suelen tener más audiencias que los “buenos”, porque cuentan con una mayoría que por intereses varios no suelen posicionarse. Aunque en esta vida, la verdad siempre sale a la luz y pueden pasar muchas cosas, entre ellas que te “despidan” como a Peñafiel o que la “justicia divina” tome cartas en el asunto.
Así que, yo le digo al señor Jaime Peñafiel y a su columna de El Mundo (que a veces leía), “bye, bye, bye”, eso sí educadamente, y le deseo que a partir de ahora se replantee su mala conducta, porque dentro de poco, no tendrá que dar cuentas ni a Letizia ni a otros humanos, sino a ese Dios que dicen que existe y que lo va a poner en su sitio.
Y, claro, ahora habrá muchos que culpen a la Casa Real de que el “pobrecito” se haya quedado sin “trabajo”. Pero no cuela, porque es él quien desde hace tiempo, ha hecho lo posible para desacreditar a la monarquía, y sobre todo a la reina Letizia.
Y es que a Letizia no le ha dado tregua, desde el minuto cero que apareció en la vida de Felipe, empezó a destrozarla. Primero porque era una plebeya divorciada, también porque tenía un pasado, pero este hombre en qué mundo vive.
El entonces príncipe se enamoró de una mujer adulta, con personalidad, divorciada, profesional, guapa, con pasado, como tiene que ser ¿Y qué? El problema hubiera sido que con sus características no lo tuviera. No hace falta suponer, que el rey conocía la vida de la persona de la que se había enamorado (yo no sé vosotros pero yo cuando salgo con alguien a los diez minutos ya lo he puesto al día y si quiere seguir, allá él ¿entendéis? ). Bueno, pues que seguro que sabía con quién se iba a casar. Yo creo que ha tenido mucha suerte porque estaba condenado a emparejarse con una panoli. Y cuando conoció a Letizia, es que no había posibilidad de comparación y se enamoró. ¡Y quién no!
Lo de Peñafiel es que no es normal, mira que pensar en a quién ha conocido Letizia, con quién… o qué decisiones personalísimas haya podido tomar en su vida, antes de casarse con el entonces príncipe, es de personas con una mente de lo más arcaica.
Lo que está claro es que el periodista en los últimos tiempos ha traspasado la línea bastantes veces y es fácil imaginar con qué intención, porque es un hombre inteligente.
Pero lo del despido es pura anécdota, no tiene nada de grave, ya que este señor que tiene 91 años y está forrado seguirá visitando platós, escribiendo y colaborando en otros medios donde le dejaran decir todas las sandeces que dice habitualmente a él y a otros cuantos.
Lo que me cuesta comprender es cómo puede decir que no se arrepiente de nada, a una edad donde se supone que la gente es más sabia. ¡Pobrecito! Yo creo Peñafiel, que sí, que de vez en cuando hay que arrepentirse de hacer las cosas mal, aunque sea por no sufrir lo que le deseamos a los demás, que lo sufriremos.
De verdad Peñafiel es que me caes fatal y Jaime del Burgo, para que contaros… Ese sí que tiene tela y encima “amenazando” con escribir un librito… ¿Será que no tiene novia? A este chico hay que entretenerlo. ¡Chicas! Dejad tranquilo a Bertín unos días e iros directas a por el del Burgo. Sí, ya sé que es más feo y con peor rollito pero hacedlo por Leti, ¡Porfa!
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