13 de septiembre de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Nicolás Maduro se aferra al poder en Venezuela y Daniel Ortega persigue a la Iglesia Católica en Nicaragua, entre iguales se entienden

Marcha mundial contra el fraude electoral en Venezuela, y represión brutal en Nicaragua por parte del dictador Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo contra la Iglesia Católica, encarcelando a laicos, prohibiendo el trabajo de ONG internacionales, cerrando universidades privadas, etc.  y  atacando a cualquier estamento que pueda hacer que el pueblo se empodere.

Miles de personas en todo el mundo han secundado la llamada de la líder venezolana María Corina MachadoEdmundo González Urrutia, los ganadores de las elecciones en Venezuela, contra el fraude de Nicolás Maduro. Ha sido una jornada de protestas bajo el lema : “Que el mundo vea, actas en mano, que no nos dejamos robar”. También como acto de fuerza por parte de la oposición que está decidida a defender el resultado de las urnas cueste lo que cueste.

Y les está costando mucho, solo hay que mirar YouTube y observar las escenas demoledoras que se han dado en algunas ciudades venezolanas, donde la policía, sin miramientos ha detenido a personas que se supone han participado en las protestas, por el simple hecho de estar allí. Se entiende ese “celo” por reprimir a los ciudadanos, ya que los agentes de la guardia revolucionaria cobran un extra por cada detención.También se puede ver como han impedido que los periodistas graben lo que estaba pasando.

¡Que vergüenza! El mundo mira sin actuar y permite que unos seres indecentes utilicen un poder que se han otorgado ellos mismos para coartar la libertad de las personas; que pueblos enteros vivan en condiciones de precariedad, sin esperanza, gracias al egoísmo y la maldad de unos individuos que deberían estar detenidos y apartados de la sociedad. Pero, sin embargo, reciben el apoyo de gente sin conciencia y la mayoría de veces por dinero. 

Venezuela, en este momento, es un caos. Los ciudadanos que osan enfrentarse al régimen de Maduro sufren una brutal persecución. La dictadura chavista, hasta se permite marcar las casas de los opositores. Más de siete millones y medios de venezolanos han tenido que abandonar su país, otros han sido silenciados de diferentes maneras, unos 2.500 manifestantes están detenidos arbitrariamente. Los líderes y ganadores de las elecciones se han tenido que resguardar porque temen por sus vidas.

Y, en esta situación, todavía hay países con gobiernos supuestamente socialistas (el petróleo tiene una importancia crucial) que apoyan a Nicolás Maduro y su política de represión. No tenemos que buscar muy lejos, porque nuestro país es uno de los que, curiosamente, se mantiene de “perfil o neutral”  aunque  desde el  gobierno dicen “estar al lado de la garantía democrática” pero, ¿de cuál?. De momento no ha reconocido la victoria de la oposición, quizás por la buena relación que mantienen con el régimen de Venezuela.

Sin embargo, no permanecieron “neutrales” en el conflicto israelí-palestino donde se posicionaron sin prejuicios reconociendo el Estado Palestino, en un combate mucho más complejo y difícil que el de unas elecciones, supuestamente, democráticas.

Así que, España no ha sido expulsada de su embajada como ha pasado con países como Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay un día después de las elecciones por no reconocer los resultados.

Otros, como Brasil, de la mano de su presidente Lula da Silva intentan mediar para llegar a una salida negociada, aunque sus propuestas no están siendo bien acogidas por ninguna de las partes.

Desgraciadamente, Maduro cuenta con apoyos de otros mandatarios latinoamericanos como Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, y es que entre iguales se reconocen.  El líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional lleva 26 años en el poder, y en el pasado destacó como un joven idealista, que combatió para derrocar al dictador Anastasio Somoza con la ayuda de Estados Unidos.

Pero, ahora, ya no existe aquel líder guerrillero combativo y admirado, el poder lo ha corrompido. En los últimos años se le ha acusado de reprimir la libertad de expresión, de mantener a centenares de presos políticos en sus cárceles,  de haber ganado las elecciones de forma fraudulenta y de mantener un estado de “terror” para aferrarse al poder. En definitiva, muchos consideran que se ha convertido en una copia idéntica o peor que la del dictador Somoza al que presentó batalla.

Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo manejan Nicaragua como si fuera su finca, hacen con el país lo que quieren. El  miedo y la falta de recursos del pueblo no pueden impedirlo. El mandatario considera un enemigo a batir a cualquiera que se atreva a criticar su política, el que lo hace termina expulsado o preso como mal menor.

Por supuesto en el estado no existe la libertad de prensa ni de credo porque, aunque Ortega se ha declarado católico, uno de sus enemigos principales es la Iglesia, desde que en 2018 ésta se pronunciara en contra de las injusticias del FSLN.

Como represalia, el matrimonio Ortega-Murillo  comenzó  a arremeter contra el clero y a tacharlos de “traidores a la patria”, a prohibir todo tipo de manifestación religiosa, perseguir y encarcelar a curas y monjas, expropiar los bienes de diferentes congregaciones,  realizar profanaciones, asedios  y robos. 

Su cruzada se amplía a las ONG internacionales sin ánimo de lucro, ha cerrado hasta 27 universidades privadas, y su finalidad con tanto asedio es la desaparición total de la Iglesia Católica y de cualquier estamento que pueda hacer que el pueblo se empodere.

Pero, han sido las reiteradas declaraciones del papa Francisco denunciando el abuso de autoridad de Daniel Ortega, las que terminaron por dinamitar las relaciones entre el gobierno y la Iglesia Católica nicaragüense.

En los últimos dos años más de 140  religiosos de diferentes diócesis han sido expulsados de Nicaragua y un centenar obligados al exilio, según consta en un informe realizado por varias asociaciones.  Hace unos meses y gracias a discretas negociaciones de EEUU y también por parte del Vaticano, Ortega accedió a excarcelar al obispo de Matagalpa, Rolando José Alvarez, condenado a veintiséis años de cárcel sin que existiera razón ni proceso. 

La iglesia vive momentos críticos en gran cantidad de países del mundo como en África. Concretamente en Nigeria, la persecución contra sacerdotes y laicos cristianos se ha incrementado y muchos de ellos han sido secuestrados, en algunos casos liberados al cabo de unos días después de pagar un rescate, pero otros han sido asesinados. 

También existe persecución en Corea del Norte, Somalia, Irán, Afganistán, Sudán, Bielorrusia, Rusia, India,  entre otros. así que ser sacerdote se ha convertido en una de las actuales “profesiones” de riesgo. 

En Cuba un país comunista y ateo el 60% de la población son cristianos, los líderes religiosos y los practicantes se enfrentan también a acciones represivas por parte del régimen. Redes sociales  María Corina Machado y  Edmundo González Urrutia

 

 

 

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Maria José Rasero periodista
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