La rutina y el aburrimiento es algo que la mayoría de nosotros no soportamos, así que cambiamos de trabajo, peinado, estilo de vestir, amigos, a veces de país o creencias religiosas y políticas, Sin embargo, siguiendo los convencionalismos sociales pretendemos compartir toda nuestra vida con una persona que en un momento dado despertó en nosotros unos sentimientos que creíamos indestructibles y que vemos como se diluyen con el paso del tiempo porque lo que nos complementaba ayer hoy no nos interesa.
Nos pasa a todos. Cuando estamos enamorados se dicen y se hacen muchas tonterías. Puede que nos volvamos “locos” por un hombre o una mujer aunque este sea un puñetero desastre. A veces solo hace unos días que le conocemos y somos consciente, durante los segundos que salimos del letargo en el que estamos sumidos, que nuestra vida a su lado va a ser un auténtico caos por no decir un infierno, que en muchos casos seguramente sería más placentero, y que nuestros proyectos, expectativas y futuro se han acabado. Pero, “¡oh, Dios! No puedo hacer nada porque estoy enamorada/o”.
Empezar una relación “seria” de pareja cuando apenas estamos en la adolescencia es un error que cometemos todos, nuestras hormonas funcionan a pleno rendimiento y los enamoramientos intensos se suceden, pero se complica cuando damos un paso más y pensamos que el mocoso o mocosa del que estamos enamorados es el hombre/mujer de nuestra vida por lo que formamos una familia. Los consejos de nuestros padres y amigos con más experiencia vital no sirven de nada, y tiramos “palante”, hacia un final más que cantado. No solemos retroceder, porque el orgullo nos juega malas pasadas y los reproches familiares recordándote lo mucho que te has equivocado con el manido “ya te lo dije”, hacen que mantengamos la relación más tiempo del que debiéramos si además somos padres.
El divorcio, suele convertir a los hijos en armas arrojadizas para destrozar al otro. Pobres niños, en medio de una guerra sin cuartel donde ambas partes intentan ponerlos a su favor, para ganar la parte más grande del pastel económico o psicológico, en un litigio en que los padres les convierten en los auténticos perdedores, de una historia que nunca debiera haber comenzado.
El caso de Rocíito y Antonio David es un ejemplo de lo que nunca debería pasar entre parejas que se separan. La historia, más de actualidad que nunca, gracias al culebrón sentimentaloide, que nos ofrece por capítulos Telecinco, de una manera parcial. El relato de Rocío, como víctima absoluta de su historia, cala más en un público entregado, donde se mezcla realidad y ficción que ha convertido a Antonio David en un “malvado de libro”. Un truhán protagonista de una película donde ambos fueron protagonistas y culpables, que sucedió en su “casi adolescencia” y que no les ha servido como aprendizaje para ser felices, pero sí para estirarla en el tiempo, para engrosar su cuenta corriente y alimentar un odio que los sigue destruyendo con sus hijos como daños colaterales.
Yo, como mujer, cada vez entiendo menos el discurso de Rocío Carrasco, (de la que un amigo de su madre dijo hace poco que “lo hace muy bien, parece Anna Magnani) porque, según nos vende, sigue instalada en ese pasado donde se sintió herida, cuando lleva muchos años compartiendo su vida con una persona que, teóricamente, la hace feliz. Yo, si fuera Fidel Albiac, actual marido de Rocío, y de verdad la quisiera tanto como dicen, no habría permitido que se hiciera el documental ni por todo el oro del mundo, porque a él como pareja le deja en muy mal lugar por lo poco que, puede parecer, aporta a su mujer si después de tantos años de convivencia no ha conseguido hacerla feliz. Veinte años de vida en común en contra de apenas seis con Antonio David, de los que algunos vivieron en armonía ya que fueron padres por duplicado, y que parece, ha condicionado toda su vida de una manera real o imaginaria. Cómo es posible que este señor no haya ayudado a su compañera a resolver las situaciones que no la preocupan como por ejemplo la enemistad con sus hijos. ¿De verdad el problema de Rocío está en su pasado? ¿Cómo vive su presente? ¿Por qué sigue instalada en esa especie de estado de infortunio teniéndolo todo? Si quiere tanto a sus hijos, ¿Qué le impide ir a buscarlos, cuando su hija ha dicho por activa y pasiva que quiere hablar con su madre? Hay tantas incógnitas en esta historia… Sea como fuere parece que Rocío Carrasco sí tiene un problema pero, para mí, no es con Antonio David Flores y quizás tampoco con su marido, si no con ella misma.
Pero el dinero tira mucho y ahora, se ha abrazado, no a sus hijos, sino a Telecinco que seguirá ordeñando a la vaca hasta que la teta se haya secado… y con tantos protagonistas tenemos para rato. Ella y su marido saben como se las gasta la cadena para tener audiencia . Pero, eso… que importa mientras paguen. El problema es que a veces los héroes y víctimas del presente se convierten en villanos en el futuro.
Ahora puede disfrutar de su éxito, unas lágrimas a tiempo siempre son convincentes. Le apoyan los que antes la criticaban, la hemeroteca está ahí para rebatirle muchas de sus explicaciones. Lo de Belén Esteban es un caso muy llamativo, porque siendo amiga de la familia Flores, desde el minuto cero del estreno de la novela se ha posicionado al lado de Rocío. La tertuliana “rema a favor de obra” como dicen en Telecinco, Las opiniones de algunos son como las veletas que se mueven hacia donde sopla el viento.
Ella, con sus opiniones justicieras, no ha tenido que soportar que le traigan al plató a personajes que la incomoden, como podría haber sido la que fue amante de su marido cuando concursaba en Gran Hermano Vip y que casi le cuesta la relación con su querido Migue. Imaginad esta escena con Belén como protagonista, la chica, sentada enfrente de Jorge Javier Vázquez que riéndose le pregunta detalles escabrosos de su intimidad: ¿Tú de qué eres de mortero o monedero? ¿Cómo la tiene de grande? ¿Qué postura te gustaba más?, ¿Cuántas veces lo hacíais cada vez que os encontrabais?, etc. ¡Terrible! No. Como ha tenido que sufrir Antonio David Flores tarde tras tarde. Unos movimientos que ahora se ven más claros y que parecen corresponder a una estrategia, para calentar motores, antes del documental de su ex mujer.
Pero ella no pasará por eso, tampoco Kiko Hernández ni Paloma Garcia Pelayo y sus aventuras al frente de la agencia Korpa junto con su ex cuñada Angela Portero y su hermano Alvaro, entre otros. De infidelidades y traiciones sabemos todos.
El amor, un sentimiento maravilloso que cada uno vive a su manera y donde lo único importante es que podamos disfrutar de nuestra intimidad como mejor nos parezca sin juicios sociales. El catálogo, sobre como relacionarnos cuando establecemos una relación de pareja es amplio heterosexual, homosexual, bisexual, follamigas/os, a distancia, múltiple, swinger, poliamorosa, fatua, sexoafectiva, etc. etc. Para mí, la relación ideal siempre será la de “Living, Apart, Togheter” o lo que es lo mismo: Estar unidos cuando ambos lo deseen, cada uno tener su vida y contar con sus propios recursos aunque estando emocionalmente juntos. Puede ser una buena fórmula.
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El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.
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