28 de marzo de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

“Solidaridad” esa palabra que todo lo envuelve y nos hace sentir buenííísimos

Que el mundo está en plan desastre por culpa de sus habitantes es algo que sabemos, pero no remediamos, destruimos el medio ambiente cargándonos los recursos naturales, nos matamos entre nosotros en defensa de ideas diferentes, utilizamos a las clases más débiles como vehículo para conseguir nuestros intereses, creamos guerras para apoderarnos de territorios independientes que se eternizan en el tiempo, etc. etc. etc.

Pero, aunque la guerra que nos tienen roto el corazón por injusta, reciente y próxima es la de Ucrania, en el mundo hay muchas guerras injustas (porque cualquier guerra es innecesaria)) Etiopía, Somalia, Congo Yemen, Myanmar, Siria, Malí, Níger, Burkina Faso, Mozambique, Afganistán, etc. más en el foco mediático por lo reciente, quizás no tan populares pero igual de dramáticas y que en su comienzo ocuparon páginas y páginas de periódicos e informativos y con el paso del tiempo parece que nadie se acuerda de ellas ni de los padecimientos que viven los inocentes habitantes que tienen que padecerlas.

Pasan los años y los conflictos se encallan, como cuando amas a alguien que no te corresponde y sufres, lloras, y así durante mucho tiempo… y sientes como el sufrimiento se apodera de nuestro ser y luchas deseando una solución que nos haga recuperar la paz. Y tiene que ser el universo, quien tome cartas en el asunto, y decida que ya está bien, que todo tiene un limite y te hace ver la luz al final del túnel…

Hasta entonces, pasa tiempo… mucho tiempo. Eso sucede con esas guerras olvidadas que, al final tendrá que ser Dios quien las resuelva, porque para la mayoría de los mortales, cuando dejan de salir a cada minuto en televisión es como si hubieran llegado a su fin, y nadie se ocupa de ellas (a menos que el país tengo petróleo, diamantes etc.) Pero lo triste es que siguen ahí destruyendo vidas. Al final la falta de machaque informativo, las convierte en “algo normal”. Pero desde cuando es normal una guerra fratricida llena de atrocidades. Me pregunto qué hace que convirtamos una normalidad vergonzosa en pura anécdota.

A veces pienso, que también las guerras se convierten momentáneamente en moda, que utilizamos durante una temporada para después desprendernos de ellas. Ahora le toca el turno a Ucrania, todos quieren adoptar a un ucraniano, resolver la vida a un ucraniano, sentar a su mesa a un ucraniano, dejarle una casa a un ucraniano… con el que apenas se pueden comunicar, así que puede ser un ucraniano “chungo”, (porque digo yo que habrá ucranianos chungos, ¿no?) pero que les despiertan un sinfín de emociones ¿reales o irreales?, que por supuesto no les despiertan otros seres humanos. Eso sí, queda bien, muy bien… porque está de “moda”, pero en un futuro no muy lejano…¡Veremos!

Esa solidaridad ficticia envuelta en papel de seda, se ve reflejada en el trato que dispensan algunos a sus vecinos con problemas económicos a los que nadie le pagará un recibo de luz, a la gente que vive en la calle, nadie le ofrecerá cobijo ni un techo donde dormir.

Y más de uno me dirá: ¡Mujer no es lo mismo, su país está en guerra! Otros dirán: ¡Perdón, pero es que los pobres ucranianos, mira por lo que están pasando ¿Ah! O sea que ayudar al prójimo es sinónimo de un conflicto armado. Y quién se pregunta, lo en guerra que estarán estas personas, que están en la calle malviviendo, consigo mismas, al ver que no pueden afrontar su día a día económico o emocional. ¿Que han cometido errores y por eso están en la calle…? Y quién es el perfecto que no comete errores. Todos hemos apostado por situaciones en las que nos hemos equivocado, todos queremos hacer bien las cosas, pero a veces no salen porque, (yo diría que es nuestro karma… pero no lo voy a decir) porque no siempre tenemos la capacidad de acertar y hacerlo todo bien… Porque no somos perfectos. Porque el infierno es aquí y ahora es nuestro día a día y porque somos humanos y nos equivocamos aunque no queramos.

Ellos reciben humillación tras humillación por parte, en muchos casos de estamentos oficiales para los que su única preocupación es si han cotizado lo suficiente. ¿Le van a pedir a los ucranianos la declaración de renta de su país para ayudarlos?.

Y yo me pregunto: Qué coño hacemos que nos sale el instinto solidario solo cuando tenemos que presumir de solidarios. Y me reafirmo en que somos bastante mierdas como personas…. Lamentablemente. Fotos: ACNHUR

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