15 de julio de 2025

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Montoya -Tontoya ¡C’est la même chose!

A veces los concursos de televisión que se extienden en el tiempo hace que veamos a las personas como realmente son, porque los seres humanos somos capaces de fingir un tiempo determinado pero al final nos mostramos como realmente somos y más si las condiciones son adversas.

Ayer terminó el reality Supervivientes y contra todo pronóstico no ganó Montoya o Tontoya apelativo que se ha ganado a pulso por su relación con Anita Williams, su ex novia, la que en el concurso anterior La Isla de las Tentaciones, se burló de él, lo ridiculizó y le puso los cuernos delante del mundo. 

La Isla de las Tentaciones es ese concurso donde las parejas ponen a prueba su amor, y de donde ha salido el flamante ganador de Supervivientes, Borja González (que venció in extremis, a Alvaro Muñóz Escassi, para mi el ganador moral) que participó con su novia y pese a que ambos cayeron en las “garras” de los tentadores (ella con Napoli y él con Andrea) salieron juntos con su amor reforzado, ahora son felices y tienen un hijito llamado Alvaro.

Pero Montoya y Anita no pasaron la prueba porque desde el minuto cero ella se dejó tentar, palpar,  tocar y usar todo y muchas veces  por Manuel González  (el “Manué” que formó pareja con su ex, Lucía Sánchez en la anterior edición y salieron del reality cada uno por un lado)…. . Su reacción pasional, histriónica, exagerada, con huida, seguido de la presentadora Sandra Barneda diciendo “¡Montoya, por favor!”,  cuando vio las imágenes de su novia empotrada por “Manué” eso si debajo de unas púdicas sabanas que parecia que se movian solas. La escena traspasó fronteras, y cuando llegó al programa  «The View» presentado por  Whoopi Goldberg el video se hizo viral con 160 millones de reproducciones, o sea que la traicion quedó inmortalizada para la posteridad. Muchos le imitaron de manera jocosa, y el de Utrera se convirtió en estrella de las redes sociales.

Como consecuencia le contrataron para participar en  el reality Supervivientes, y como era de esperar, porque al final el concurso es un espectáculo televisivo, también a su ex Anita y a “Manué” el tentador, con el que se lo pasó pipa.

Pasarlo bien mientras te graban las cámaras son opciones, pero faltar al respeto, también de palabra, al que  en ese momento era su pareja de una manera tan descarnada, es de malas personas, así que, yo pienso, (y no creo que sea la única), que Anita tiene, como mínimo una parte de “malvada”, aunque le voy a adjudicar otro calificativo que creo que la representa mejor y que me impide hacerle una crítica destructiva: Anita Willians es una superviviente «de la vida», no solamente del concurso, que también. 

Creo, y esto es aplicable a todos, que más veces de las que quisiéramos, nuestra vida no es lo que habíamos soñado, por la que hemos luchado. Infinidad de  circunstancias por ínfimas que parezcan te la pueden destrozar, y solo en la medida que sepamos o podamos afrontar los contratiempos que surgen en nuestro camino, podemos seguir adelante con un cierto éxito.

El tema es que a lo largo del concurso en la relación que han mantenido Montoya y Anita se ha visto de todo, peleas, donde abundaron los desprecios, reproches mutuos… Pero, al final, no sabemos si porque triunfó el amor o por estrategia (por parte de uno o de ambos) para seguir en el concurso se reconciliaron y volvieron a ser una pareja, (con unos cuantos calentones incluidos en medio de las desapacibles noche de los cayos). Por supuesto entre diferentes «números», que le granjearon a Montoya el apelativo de «Tontoya» y pusieron de los nervios a su padre cuando veía, sin entender cómo su hijo aceptaba, “perdonaba” “porque ya había sanado” los comportamientos de Anita.

Así que la familia del andaluz estaba loca por echarle el guante, a solas, y poder decirle a su hijo lo que pensaban de él y de su “novia”, cansados de ver  semana tras semana como el sevillano se cargaba su concurso, unas veces por culpa de su relación con Anita y otras por su propia estupidez, mostrándose como lo que es, un tipo bastante primario y sin personalidad, en contra de Anita una mujer fuerte y luchadora que, en otras circunstancias personales, y sin un Montoya a su lado, le habrían hecho ganadora de Supervivientes.

Así que ambos llegaron a la final pero perdieron el concurso y una vez en plató y cuando los finalistas pudieron hablar con su entorno, la cosa explotó.

A Montoya o «Tontoya» le cercaron sus familiares y amigos, y a raíz de ahí, se dijo a sí mismo: «Anita: Si te he visto no me acuerdo…» pasando de ella  y sin querer volver a verla ni en pintura, o sea adiós relación, adiós reconciliación.

Ella viendo que ni le mandaba un whatsapp intenta hablar con él y él se niega.

Y llegamos al día siguiente en el que ambos tienen que participar en la gala final de Supervivientes, donde se lía la marimorena y Montoya se retrata, por fin, y deja bien clarito con su aptitud y verborrea barata, que ha utilizado a Anita para hacer su concurso. No, no es capaz de perdonar, y menos, según parece, a raíz de la conversación con sus padres. 

La catalana ha visto que el andaluz la ha dejado a los pies de los caballos. Anita, se ha defendido y ha confesado que poco después de encontrarse tuvieron sexo en la isla, y que ella se ha dedicado a él porque quería remediar todo el daño que le había hecho, porque se sentía avergonzada por haberle sido infiel en el anterior concurso. Y lo creyó cuando le dijo que la quería, que realmente seguía queriéndola, que la había “perdonado” y que a la salida del reality podían volver a retomar la relación, así que a su manera se centró en Montoya, en vez de pensar en ganar el concurso, siendo una excelente supervivientes como ha demostrado.

El, absurdo entre los absurdos, machista entre los machistas, no ha sabido ni ha querido arreglar nada, solo ha pensado que haciendo ver que se reconciliaba con ella quedaba de buen chico y ganaría el concurso. ¿O le puede su orgullo de macho hispanicus y ha hecho caso a su familia?

Por supuesto la historia seguirá a partir de ahora pero lo que ha demostrado este «hombre» es que se ha ganado a pulso el apelativo de «Tontoya» con todas las de la ley, porque si de verdad quieres a una persona no importa lo que te diga tu familia, tienes que defender tus sentimientos, si los tiene, y si quieres “perdonar” a Anita  la perdonas y si queréis estar juntos, es algo entre los dos… La familia sobra y, desde luego, si decides dejar la relación primero te sientas con tu pareja y habláis, no te niegas  a mantener una conversación y explicar los motivos de tu cambio de actitud en cuestión de horas, aunque estos sean públicos y notorios.

De momento, la «historia de amor» parece finiquitada. No sé qué sucederá en el futuro, pero de lo seguramente se arrepentirá el tal Montoya (cuando crezca) es de haber hecho el ridículo tan a lo grande.

Así que, chico, te has seguido luciendo… Después de tu actuación en la gala, tendríamos que hacerle la ola a Anita, por haberte mantenido en su vida más de dos minutos. Has demostrado ser «Tontoya», pero ahora al cuadrado.

Aunque, como no hay nada que le guste más a un español que los enredos pasionales,  al andaluz los bolos se le han disparado. No habrá noche, durante los próximos meses (o años, quien sabe), que no pasee sus movimientos de brazos exagerados, sus muecas, sus actuaciones histriónicas, al más puro estilo Jim Carrey (creo que lo imita, mal, pero lo imita) rodeado de niñitas, con microshorts igual de básicas que él, por las discotecas de distintas partes de España que lo harán millonario, y será un «Tontoya» más, de los muchos que existen, pero rico.

Ya lo dijo Jorge Javier: ¡Ay Montoya! «Te tenemos que arropar»…Y lo harán porque es la nueva gallina de los huevos de oro de Telecinco.

 

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Maria José Rasero periodista
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