Y se acabó la farra, la fiesta, o lo que sea y ahora toca descansar. María Jiménez quiso que su funeral se convirtiera en una parranda y así ha sido, amigos y conocidos la han despedido a ritmo de música y de paseo por Sevilla en coche de caballos.
María no podía irse sin armarla así que diseñó lo que debía ser su despedida, porque ella la ha armado siempre como solo saben hacerlo las mujeres de bandera.
La primera vez que vi a la cantante sevillana fue en un campeonato de golf peleándose con Pepe Sancho y no poco, más bien muchísimo y como la discreción no era lo suyo, ambos se tiraron todo el día montando un número considerable sin importarle el entorno.
Yo no salía del asombro porque por mi falta de experiencia solo esperaba encontrar a la María temperamental que me encantaba, y por supuesto a su marido, que estaba en uno de sus mejores momentos profesionales y no fue así. Tengo que reconocer que a partir de ese momento se me cayó el “mito” aunque lo recuperé más tarde, porque a mi siempre me han podido las mujeres de carácter, pero con corazón.
Fue la primera y la última vez que ella acudió al campeonato de golf al que Pepe asistía regularmente, porque poco después se separaría del que fue “el amor de su vida”. El actor siguió participando y cuando le preguntaban si se volvería a reconciliar por tercera vez con la cantante soltaba algún que otro exabrupto.
Ambos eran vehementes, así que cuando se conocieron y se enamoraron fue como un choque de trenes de alta velocidad, el problema es que las historias de amor tan intensas no suelen terminar bien y eso sucedió con María Jiménez y Pepe Sancho, que fue bueno mientras duró. Y duró mucho, porque se separaron y volvieron a casarse, así que se podría decir que fue una pasión de esas de “ni contigo ni sin ti”.
Después vendrían las desavenencias, vendrían las acusaciones, en definitiva el desamor. Ambos siguieron caminos separados ella no rehizo su vida sentimental pero, dicen, que encontró la paz en su casa de Chiclana y el actor conoció a la escritora Reyes Monforte la mujer que le complementó y que solo la muerte del actor les pudo separar.
María no se lo puso fácil al que fue “El Estudiante” en la mítica serie Curro Jiménez y él a ella tampoco durante su convivencia, fue una relación tormentosa, que yo comparo con la de Elizabeth Taylor y Richard Burton que también se casaron dos veces y se amaron hasta la muerte, aunque no pudieran estar juntos porque sus caracteres y adicciones se le impidieron.
Elizabeth Taylor lo tuvo claro porque nada más conocer a Richard Burton e hizo esta reflexión: “Si te excitas jugando al Scrabble, es que es amor” yo diría que si miras a una persona a los ojos y te excitas eso también es amor. Y eso fue lo que le sucedió a la cantante y al actor cuando se conocieron en un restaurante de Madrid …
¿Vale la pena vivir este tipo de amor? Sí, rotundamente sí, porque para mi solo tiene sentido estar con alguien si vas a vivir un amor total, no medias tintas por intereses varios, eso ni es amor ni es nada.
Y, María, cuando estés delante de Dios tu como siempre, sin cortarte, le haces una actuación de las “tuyas” que le gusta seguro, (más que nada por si de verdad existe el infierno…) Acuérdate que él es muy de Marías Magdalenas.
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