20 de abril de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Fashion nuns ¡Oh, My God!

No sé si os ha pasado alguna vez… pero a mí sí, y es que se me repiten situaciones raras… muy raras. Porque no estamos en épocas de ver un montón de monjas en la puerta de un cine .. y va , y voy yo… y las veo. Lo consideré premonitorio y me acordé que tiempo atrás me encontré en una situación parecida. Y, con buena voluntad, eso sí, le sugerí a las monjas cambiar de look. Por lo que he podido observar mi consejo cayó en saco roto pero voy a insistir. Porque como las cosas pasan por algo yo me pregunto: ¿Será que en vez de a Tamara Falcó, Dios me ha elegido a mi para intentar modernizar al colectivo?

Bueno, pues.. como os decía que tantas monjas o religiosas en la entrada del cine que pensé que eran de atrezzo, pero eran de verdad,  eso me hizo pensar que esa profesión  que,  aunque no lo parezca, sigue existiendo con Dios como jefe, seguro  tiene detrás interesantes historias sin contar,  pero que las mujeres que la ejercen se empeñan en obviarlas  para seguir manteniendo una imagen que en el siglo XXI ha quedado obsoleta

Como a mí me va el rollo de envolver lo mejor posible este cuerpo pecaminoso que Dios nos ha dado, me fije mucho en el ropaje que vestían estas mujeres que tanto trabajan, según parece, la santidad o el misticismo en la religión católica, la mayoría albergadas  en un convento desde donde es muy fácil predicar , o algunas de personalidad inquieta,  que  imposible de mantener sus egos entre cuatro paredes, salen al mundo lanzando mandobles a diestro y siniestro, erigiéndose en  salvadoras de una parte de la sociedad  y opinando de todo y de todos sin ningún tipo de piedad, eso sí… siempre, debidamente parapetadas detrás de un uniforme que supuestamente les da hilo directo con el creador o las acredita como poseedoras de la verdad…(me imagino sabéis a quién me estoy refiriendo)

No pude dejar de  pensar que el diseño de semejantes hábitos, fue invención  de un hombre allá por la Edad Media, y no precisamente  un  Karl Lagerfeld  de su época…  sino producto de la imaginación de  algún desalmado que para vencer sus propias tentaciones, decidió vestir a las mujeres de vocación religiosa con ropa de una fealdad total;  porque si hay algo que no favorece ni de coña a ninguna mujer  es el uniforme de las monjas católicas, no importa la congregación (básicamente cambia el color negro, blanco, azul  o marrón y algunos combinados).  La cosa se salvaría, un poco,  si el conjuntito no fuera acompañado del  velo que termina por fastidiar, todavía más el modelito de marras y hace que pocas  bellezas aguantan semejante esperpento, (en el cine lo han lucido con acierto algunas preciosas actrices como Audrey Hepburn, María Félix,  Deborah Kerr,  Ingrid  Bergman,  etc.  Perfectamente  maquilladas, eso sí…  dato muy a tener en cuenta).

Me pregunto, qué pasaría,  si en plena época de la diversidad esos hombres y mujeres que en teoría predican la palabra del creador (pasada por el tamiz de los años y los caprichos e intereses de los mandatario, que a lo largo de los siglos les han representado en la tierra), por ejemplo, se vistieran de calle o seglares, como ellos prefieren decir,  acaso ese  Dios se les aparecería  para castigarlo, repudiarlo o para recriminarle su look y…  decirle, como si de un Juan Avellaneda cualquiera se tratara : “Hermana o hermano, por ahí no vas bien”. Personalmente  creo que no, porque si así fuera, de  qué clase de ser superior estaríamos  hablando

Yo les diría a estos representantes del Maestro que se olvidaran de uniformes y vivieran el día a día dando ejemplo con sus acciones, que para hablar de Dios no se necesita disfraz.

Algunas diseñadoras como la rusa Victoria Andriánova intentó modernizar a las “novias de Cristo” presentando una colección en la Semana de la Moda de Moscú…  allá por 2011…  y dijo:  «Aunque tengo una familiar que ha tomado los hábitos. La hermosura y la limpieza de la imagen no tienen que ser rechazadas.  La ropa tiene que ser bonita… Estoy segura que esto le costó el destierro, como mínimo a Siberia, porque no la encuentro por ningún sitio y era muy buena diseñando.

Creo, que la falta de interés que demuestra mucha gente  hacia la religión y sus religiosos  es porque se han quedado anticuados, el mundo evoluciona y ellos, nada de nada, ahí estancados  en el  pasado,  sin evolucionar hacia el futuro; hacia una nueva manera de explicar sus teorías, para que la gente se quede con su esencia, que suele ser bien intencionada e interesante,  pero que al transmitirla a golpe de perorata y amenazas infernales encubiertas, hacen que la gente huya de unas expectativas  que les amenazan o les condenan con el fuego eterno.

Me pregunto qué pensará  Dios de esos, sus hijos, tan locos que matan en su nombre para convencer,  o predican sus palabras de maneras tan distintas, a cual más insidiosa, retorcida y maquiavélica.

Y como soy muy de pedir opinión le he preguntado  a Él directamente que le parecía lo que he escrito. Me ha dado su aprobación y también está a favor de modernizar la institución, pero me ha dicho que no puede con todo que el tema de la religión está muy mal y que lo de la indumentaria es el menor de sus problemas… y que si esto sigue así abdica de ser Dios. No, por favor ¡No!. Fotos: Victoria Andriánova

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