28 de marzo de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Funchal. Y emergió de las aguas en todo su esplendor… (1)

La aventura en el archipiélago de las Madeira comienza en el mismo momento de aterrizar en la corta pista rodeada de agua del aeropuerto. Pero enseguida nos invade la luz y el color de la flora de estas islas que han logrado crear un corredor verde Covid free. Y para los fans de Cristiano Ronaldo supone sumergirse en el mundo de este futbolista.

Madeira emergió hace 8 millones de años como consecuencia del impacto entre tres volcanes. De topografía montañosa y vegetación exuberante, es conocida por muchos nombres: La isla Verde, La Perla del Atlántico, Un jardín flotante en el Paraíso, La Hawai del Atlántico, La isla de la eterna primavera o El paraíso en la Tierra, Los piropos que ha recibido esta isla a lo largo de los años son incontables y es que, sus paisajes son un auténtico placer para los sentidos, lo que la ha llevado a ser reconocida en siete ocasiones con el premio World Travel Awards “como el mejor destino insular del mundo”. Tan cercana, pero a la vez, tan desconocida…. Funchal es su capital y tiene 270.000 habitantes, se remonta cinco siglos atrás y debe su nombre al funcho (hinojo) que crecía en abundancia cuando los primeros portugueses se asentaron en la isla.

La Región Autónoma de Madeira es un archipiélago redescubierto por el navegante portugués Joao Gonzalvez en 1421, exactamente 71 años antes que Cristóbal Colon descubriera América. Consta de dos islas habitadas, Madeira y Santo Porto, y tres islas menores no habitadas: Islas Desertas e Islas Salvajes. Madeira es la mayor de las islas y tiene una superficie de 741 kilómetros cuadrados. Dos tercios de su extensión están catalogados como reservas naturales, además de un conjunto de zonas protegidas, tanto terrestres como marítimas, que la convierten en un destino ecológico. Situada a unos 860 kilómetros de Lisboa (desde donde hay vuelos directos de unas 2 horas de duración), también se encuentra a 550 de Canarias y 500 de la costa africana. Su principal fuente de ingresos es el turismo. Los mejores meses para visitarla son entre abril y octubre.

Destino Covid “free”

En esta época, casi post Covid-19, Madeira da un paso más para facilitar la llegada de turistas a la isla y crea una especie de “corredor verde” para aquellos viajeros procedentes de todo el mundo que se hayan recuperado de la enfermedad o que lleven un certificado médico emitido en los últimos 90 días, que acredite que están vacunados del Covid-19 de acuerdo con el plan recomendado por cada tipo de vacuna y respetando el periodo de activación del sistema inmunitario previsto en el Resumen de las Características del producto (SPC). Antes de viajar, se tendrá que enviar el documento, redactado en inglés, a la web www.madeirasafe.com. Así estarán exentos de presentar los resultados negativos de la prueba PCR, que ha de realizarse en las 72 horas anteriores al embarque, o de realizar dicha prueba a su llegada a los aeropuertos del archipiélago. Estas medidas sanitarias han hecho que la isla haya sido reconocida como un destino europeo seguro para viajar este 2021, según la lista elaborada por la European Best Destinations (EBD), en la que ya estaba incluida en 2020.

Las aerolíneas apuestan por Madeira con la apertura de nuevas rutas

Todas estas razones han hecho que las aerolíneas sigan confiando y apostando por el archipiélago con la apertura de nuevas rutas. Así, Iberia lanza vuelos directos a la capital de Madeira, Funchal, desde Madrid. Los vuelos serán operados por Air Nostrum y empezarán el 2 de junio hasta el 31 de octubre. La aerolínea cubrirá esta ruta cada lunes, miércoles, jueves, viernes y domingos y también retomará sus vuelos chárter desde Barcelona y Bilbao con destino Funchal. Entre el 17 de julio y el 11 de septiembre, que se unen a los ya existentes como es el caso de Binter o TAP- Air Europa.

El aeropuerto de Funchal, que desde 2017 pasó a llamarse Aeropuerto Cristiano Ronaldo en honor al futbolista nacido en la capital, está considerado como uno de los más peligrosos del mundo. Al estar rodeado de agua, los pilotos que vuelan a Madeira necesitan de un permiso especial, no solo por el tamaño de la pista, sino porque la fuerza del viento que normalmente sopla allí hace que se requiera de una pericia especial. Hoy en día, el aeropuerto es, junto con el puerto, la puerta de entrada y salida de cerca de tres millones de turistas anuales que visitan la isla. Dos de cada tres madeirenses trabajan en el sector turístico.

Luz y colores de la flora

El pavor que causa contemplar desde el aire la pista de aterrizaje casi rozando el mar nos hace por unos momentos olvidar la bella imagen de las islas desde el cielo, convertidas en puntitos verdes en medio del océano. A medida que nos acercarnos, nos deslumbran con la frondosidad de su vegetación y cuando conseguimos que el corazón deje de palpitar, damos paso al comienzo de unas maravillosas vacaciones en uno de los destinos que pueden presumir de no estar masificado y ofrecer al turista paisajes diferentes y belleza en estado puro que nos invita a descubrir.

Lo primero que llama la atención es la luz y los colores de su flora, consecuencia de temperaturas suaves, junto con la humedad del mar. También la costa, dominada por altos acantilados que nos recuerdan el litoral irlandés, grandes macizos de roca en caída libre hacia el mar, y su famosa costa vertical que le confiere una gran belleza y singularidad.

La capital de la isla de Madeira conserva el alma del pasado, un atractivo especial que se percibe cuando recorremos sus calles, oímos hablar a sus habitantes con ese encanto único que tiene la hermosa lengua portuguesa, en el estilo manuelino o colonial de algunos de sus edificios, sus bellas mansiones con jardines plagados de flores que siempre miran al mar y que parece que nos quieran recordar, que antaño fue una vibrante ciudad reconocida por el comercio internacional de productos tropicales. Hoy es una capital renacida, con estilo, que conserva su identidad y aúna tradición y modernidad gracias a su ambiente cosmopolita a sus lujosos restaurantes, una oferta hotelera excepcional y a su excitante vida nocturna.

Fortalezas contra los corsarios

Como en la época en que los corsarios amenazaban la capital, el puerto sigue protegido por tres fortalezas: Sao Joao do Pico, Palacio/Forte de Sâo Lourenço y Forte Sao Tiago, que acoge en la actualidad la Casa das Mudas, antiguo colegio que convive con un Museo de Arte Contemporáneo, además de poder admirar unas excelentes vistas.

Un buen desayuno en algunos de los cafés ubicados en la Plaça do Municipio, por ejemplo en el Café Apolo, uno de los más antiguos de Funchal, nos hace coger fuerza para una ruta por los monumentos históricos de la capital. Esta plaza tiene acoge tres edificios muy importantes de la ciudad a cada uno de sus lados: la Iglesia do Colegio (de los jesuitas), el Museo de Arte Sacro y el Ayuntamiento o Cámara Municipal, ubicado en un antiguo palacio del siglo XVIII. Lo más destacado es su impresionante umbral y su recepción, así como sus rejas de hierro, sus once balcones y un precioso patio interior revestido de azulejos y una fuente decorada con una estatua de “Leda y el Cisne” que hace referencia a la mitología griega.

Aire bohemio y artístico

El casco histórico o Zona Velha de Funchal es otro de sus barrios más pintorescos de la ciudad por sus estrechas calles empedradas y por su gran cantidad de restaurantes especializados en comida regional (como pez espada con plátano frito, pan de mantequilla de ajo, el bollo de miel o la espetada de carne a la barbacoa, etc.), algunos de ellos con música en vivo. En torno a la Rúa de Santa Maria podemos ver las puertas de cada edificio con multitud de dibujos y esculturas pintadas. Interesante es un proyecto de street art llamado Arte da Portas Abertas, auspiciado por un grupo de artistas que han abierto sus negocios en este barrio tradicional y han aportado al ambiente su sello bohemio y casual que lo han reconvertido en uno de los mayores atractivos de la ciudad.

Una de las arterias más importantes, históricas y dinámicas de Funchal es la hermosa Avenida Arriaga, llena de antiguos y elegantes cafés donde nos encontramos el teatro Municipal Baltasar Dias, el hotel Ritz Madeira, el Jardín Municipal y muy cerca la catedral. Fotos: Turismo de Madeira

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