Quería dejar pasar más tiempo para volver a hablar de la “historia de amor” de mi amiga, pero me estáis preguntando (gracias por hacerlo en privado) cómo está el tema y sería un poco complicado llamar a cada uno de vosotros para poneros al día, así que he decidido escribir un nuevo capítulo de “Prohibido enamorarse” porque al final transmitir sensaciones y sentimientos siempre vale la pena.
Bueno… Ella sigue igual de enamorada y sin poder dejar de pensar en “ese hombre” a todas horas, (ya sabéis que los sentimientos no cambian de un día para otro) así que mantiene una guerra consigo misma casi con la misma intensidad que la de los rusos y los ucranianos. Por supuesto no ha podido mantener su palabra de “no coincidir nunca más” con su enamorado, y de vez en cuando, va al lugar donde se conocieron porque necesita verlo.
“Ese hombre” tan hermético no ha tomado ninguna iniciativa, si bien de vez en cuando hablan un poco, así que mi amiga pasa de un estado de conformismo y aceptación de la realidad al desasosiego más absoluto. Casi ha tirado la toalla.
Yo le digo que dé tiempo al tiempo porque, la vida nos ha enseñado que tenemos que luchar por lo que queremos, y que lo que hoy parece imposible mañana se puede convertir en realidad… y yo creo firmemente en los milagros. Pero ella mantiene una lucha con el tiempo. Los que me conocéis sabéis las cosas en las que creo y le explico que lo de el tiempo es relativo, porque está el tiempo de los humanos y el tiempo divino que no depende de nosotros, aunque lo parezca, que es el universo el que marca lo plazos para ordenar situaciones, y que si ella y “ese hombre” tienen que estar juntos por destino, no importa cuanto tiempo pase, que se darán las condiciones perfectas y se hará realidad.
He conseguido hacerla reír, cuando le he vuelto a repetir por enésima vez, que lo de la edad es pura anécdota para mucha gente. Y la he animado a comprarse una revista del corazón donde esta semana, sale una exclusiva, en la que la ex concursante de GH Marta López, explica que tiene una relación con un policía nacional al que le saca 17 años…
Y ya de paso le he comentado como se conocieron Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Supongo la sabéis… Es una historia muy bonita: Hace como 30 años Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ambos casados por entonces, coincidieron en Marbella con sus respectivas parejas en una cena. Según parece el Premio Nobel cayó rendido a los pies de Isabel, que por entonces estaba muy enamorada de Miguel Boyer, así que no era su momento. Pasó el tiempo, y cuando Isabel Preysler enviudó hace 8 años apareció en su vida Vargas Llosa, que al mismo tiempo dejó a su mujer Patricia Llosa, para comenzar su historia de amor con Isabel Preysler, de esto hace 7 años, siguen juntos y son muy felices.
También hemos repasado algunas anécdotas de nuestra vida, y nos hemos centrado en algo recurrente que siempre termina por hacernos reír, os explico: Las dos somos rubias, y por esa circunstancia nos confunden con extranjeras, así que siempre que alguien quiere entablar una conversación lo hace en inglés… A ver lo del inglés no es que lo llevemos perfecto pero si bastante pasable. Como la mayoría de las veces no estoy por la labor y mientras pienso en mis cosas suelo resolver las conversaciones con un: “Yes”, y una sonrisa… digan lo que digan, (como la canción de Raphael) a saber a lo que habré dicho “yes”.
Por supuesto todos piensan que somos de por ahí … muy lejos, y hacen la pregunta de rigor: ¿De dónde sois? Y… ¡Uff! Ahí es cuando llega el “drama” porque la respuesta es: “Somos extremeñas… y nos miran con una cara… ¡Vamos! que somos de Extremadura” ¡Ya! Muy fashion no es que sea, porque la gente asocia Extremadura con una comunidad atrasada culturalmente, con mucho cerdo y como coto de caza de los madrileños, y que lo único que la salva es el jamón serrano. Que lo del jamón tiene su punto ¡eh! Pero claro no es, así de entrada, como decir que eres parisina o sueca. Para nuestros interlocutores suelen ser un shock porque nos hacían, como mínimo… de Alemania.
La continuación la podéis imaginar., aunque os aclaro que normalmente no huyen… En fin, ya seguiremos hablando otro día, porque no puedo aportar nada diferente de lo que ya sabéis. Pero seguiremos tirando de optimismo
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