“No podemos elegir que alguien nos quiera. Pero si podemos elegir hacer y dar todo lo bueno que tenemos para que ese amor algún día nos llegue de vuelta…”
¿Qué os parece esta oración? Según la definición de IA, porque ahora todo lo que dice la IA va a “misa” , (una palabra muy adecuada para este escrito), sugiere que, aunque no podemos controlar el amor de los demás, podemos influir en la posibilidad de recibirlo a través de nuestras acciones y actitudes. Es una frase que corresponde a la película “Tres metros sobre el cielo”.
Es una cita de esas que quedan bien para mandar por wasap en lugar de un simple “¡Buenos días!” o un «¡Hooola!” y, de paso, la persona que la envía te lanza un mensaje subliminal, además de mostrarse sensible, comprensiva, respetuosa, etc. Incluso podría parecer, que a quien dirigido el «mensaje», ha dejado de quererla y le ha hecho daño de alguna manera, sin que ella o él hayan cometido ninguna acción reprobable. Y, sin embargo, puede que sea justo al revés.
Esta apreciación se podría comparar perfectamente con la manera de actuar de Pedro Sánchez, (siete años en el poder, que él mismo se adjudicó, dan para mucha imitación) que tiene la habilidad de darle la vuelta y culpar a los demás de todas su fechorías (te ofendo es por tu culpa, te falto al respeto, es por tu culpa, te humillo, es por tu culpa, etc. etc. etc.) Solo hay que seguir las noticias que generan él y su entorno, para alucinar.
Esto pasa con algunos «buenos cristianos»… «Cada loco con su tema / cada uno es como es, contra gustos no hay disputas, cada quien es cada cual…»
Queda extraño, que con esta ola de calor de origen africano que estamos sufriendo, pueda haber personas que transmitan tanta frialdad y distancia, una forma de comportamiento gélido donde no tiene cabida la espontaneidad, donde dar un abrazo o un beso de amigos, de hermanos es, para ellos casi una violación de su intimidad. Gentes, que se mueven en un mundo de estructuras inflexibles y no dejan que nadie entre en esa “cuadratura del círculo”, donde se desarrolla toda su vida. La cuestión, vuelvo a Pedro Sánchez, es que están convencidos de que son los demás los que les fallan.
Pero, lo peor es que no parecen entender, que hay gente a la que no le interesan los “patrones”, sino la pieza terminada, donde poder sentir el corazón que ha puesto la persona que la ha confeccionado. Es como mirar a un ser humano y solo ver su esqueleto. Sí, el esqueleto es imprescindible como estructura, pero es más interesante lo que lo envuelve, lo que no es tangible, su energía, su calidez, en definitiva, lo que transmite su alma que, aunque queramos, no se puede adulterar.
Todo lo demás es aleatorio, la profesión, el dinero que acumulas, el coche que conduces, a qué clase social perteneces, la edad, eso es importante solo para gente de mente reducida por reglas establecidas.
Por medio de mi profesión, he tenido la suerte de conocer a personas de todo tipo que me han hecho ver hasta qué punto somos iguales, tenemos las mismas necesidades, vibramos por las mismas cosas, y que esa discriminación clasista que ejercen algunos sobre otros, tiene que ver con seres que, consciente o inconscientemente, desdeñan al ser humano, un comportamiento que, seguramente, tiene que ver con sus miedos e inseguridades.
Mucha gente ejerce tal represión sobre sus emociones que levantan un muro entre ellos y el resto del mundo, (ríete del que sufrieron en Berlín) e impiden con sus palabras (o más bien la falta de ellas), y energías que los demás se acerquen incluso que se aparten. Pero, no parecen darse cuenta que limitando la conexión con otras personas pierden una de las facetas más interesantes y enriquecedoras de la vida como es conocer y aprender de esas diferencias.
Limitar, es un verbo del que yo apenas conozco su significado. Para mi las relaciones de amistad son un todo, si eres amigo lo eres en el más amplio sentido de la palabra, con las puertas abiertas de par en par, no quiero una amistad por conveniencia, o todo o nada. Si se trata de una relación sentimental, os remito a la canción que me representa “Me quedo contigo” (de su letra y lo que me encanta habré hablado, algo así como miles de veces y seguiré haciéndolo) y que pongo siempre como ejemplo de lo que tiene que ser un vinculo basado en el amor, la confianza, el respeto.
Y, también está el aceptar los cambio que nos propone la vida y pensar que lo mejor está por llegar, sé de lo que hablo porque viví esa circunstancia que me llevó a replantearme mi existencia y los errores que había cometido.
Curiosamente, el mayor de ellos (que yo pensaba era una virtud) fue repetir un patrón, que siempre ha tenido que ver con mis sueños, que no con mi realidad, y ha sido creer en los «humanos», sobre todo en los que te “venden” a la divinidad, y parece que lo llevan como estandarte. La decepción fue inmensa.
Así que después de conocer a miles de personas estoy en condiciones de asegurar que no hay nadie que mienta más y mejor que muchos católicos practicantes, pero claro es que hay diferentes tipos de católicos.
Por ejemplo: Tenemos a los que van a misa cada día, y eso nos hace pensar que están en comunión con Dios, pero ¡cuidado!…Que a nadie se le ocurra explicarles que tienen cualquier problema, porque huyen despavoridos y menos hablar de economía, porque aunque estén forrados y se acaben de comprar el coche más caro del mercado, te soltaran una perorata sobre los graves problemas económicos que atraviesan y terminarás haciéndoles un préstamo… Lógicamente mienten, pero eso sí, “todo en nombre de Dios”.
Después están los que se aíslan y solo se conectan con gente “igual que ellos” para que tu energía “mundana” no les contamine. En realidad no quieren relacionarse con seres humanos que les haga entrar en “conflicto” cuestionándose sus planteamientos de vida, de los que no parecen sentirse tan seguros, así que, cortan por lo sano y apartan de su órbita a la gente que consideran “diferente” no vaya a ser que… Eso sí “todo en nombre de Dios”.
Y, que me decís de las familias católicas aparentemente perfectas, que practican poco sexo porque es pecado, pero la mayoría de las veces él o ella (casi siempre él) tienen una amante, que es la culpable de que el “pobrecito” haya “caído en sus redes” porque no ha podido resistir la tentación que le genera un, por ejemplo, “sí papito” o “lo que tu quieras mi amol”. O sea que después de probar todas las posturas del Kamasutra, que no han practicado con su santa esposa en la vida, la mayoría de las veces se dan cuenta que se lo están pasando pipa, y que con su “santa” después de hacerle quinientos hijos, se aburren como una ostra y la dejan tirada, no sin ante confesarse y salir absuelto de sus pecados, aunque eso sí, “todo en nombre de Dios”.
También están los cristianos que hacen como que ayudan al mundo y cuando van de peregrinación a cualquier lugar mariano, vuelven creyendo que se les ha pegado una “corona de santos” en la calva, y «dispuestos» a ayudar a todo prójimo que se le ponga por delante… ¿Gratis? Pero estáis locos, eso solo pasa en las películas, así que cuando confías y te despistas te la “meten doblada” (no sin antes regalarte un “kit sagrado” para que piques, que consiste en una pulserita y una estampita de la Virgen, que compran por kilos, y que queda de los más cristiano) ¡Ah! pero si les pillas robándote, te dicen que el diablo les ha tentado pero no te lo devuelven, y se van a confesar… Eso sí, “siempre en nombre de Dios”.
También se estila mucho ir de retiro espiritual… ¿Retiro? Y tanto, y no se retiran para rezar, esa es otra de sus mentiras. Se retiran para pensar en cuantas barrabasadas pueden hacerle a algún pobre prójimo, que pillarán más pronto que tarde, para sacarles la pasta … Eso sí, «todo en nombre de Dios».
Hay algunos que trabajan en bancos, y cuando llegan a la oficina se dejan la chaqueta y el corazón en una caja fuerte, se sientan en la mesa y le dicen a su “secre”: “Que vayan pasando estos mindundis que me están esperando, que los voy a poner finos, a ver el primero” ¿Qué queréis un préstamo porque os habéis quedado sin trabajo? Pues lo tenéis más que chungo, esto es un banco y yo no soy Dios”. “Pili, haz pasar al siguiente: ¿Cómo, que no podéis pagar la hipoteca? “Pues, os quedáis sin piso fijo…” Eso sí, “todo en nombre de Dios”.
Pero si eres rico y has estafado, dejado en la calle a tus trabajadores, estás a punto de cerrar la empresa, pero antes has sacado todo tu dinero y lo has depositado en un paraíso fiscal, el director del banco, con una sonrisa complaciente te invita a una comilona, para ver “como podemos arreglar esto” eso sí “todo en nombre de Dios”
Seguiría y seguiria y seguiria… Además, todos estos «personajes» tan “devotos”, más pronto que tarde practican su “afición” que es marcarse una peregrinación y hacer el “sacrificio” de ir descalzos en plan penitencia. Y sin ningún problema, pero si mucha desfachatez de postrarse ante la imagen de la Virgen, eso sí, ofreciendo su mejor versión y con voz y ojitos lacrimosos de no haber roto un plato en su vida, y como suelen ir en grupo se retroalimentan creyéndose que son los seres más buenos de la tierra. Y al resto del universo, para que escucharlos, que les den, porque puede que hasta sean pobres, ¡puaf!
Así que es fácil caer en sus trampas, porque todos necesitamos creer en los seres humanos, y la fastidias cuando te equivocas por enésima vez, pensando que has conocido a unas personas tan piadosas y tan buenas que van a formar parte de tu vida, en quien apoyarse en momentos que necesitamos de hombros amigos.
Pero es un error, porque hagas lo que hagas, si a ellos les interesa para quedar bien, reescriben tu biografía y destruyen tu reputación, (con el trabajo que cuesta construirla). Son personas que falsean la realidad y que predican lo que no cumplen.
Yo me pregunto cómo estos seres lamentables van a amar a Dios si no pueden amar a alguien real que está a su lado. Cómo van a amar a un ser que no han visto nunca, si no pueden abrazar a un hermano.
Así que, quizás, hay que mandar menos buenos días escritos en postalitas diferentes, y más mirar en nuestro interior, y repasar nuestros comportamientos para con los demás.
¡Ah!, y no me olvido de algunos ego sacerdotes, esos que abundan en las peregrinaciones, que son una especie de francotiradores de la conversión, auténticos pistoleros como «Billy el Niño», que hacen lo posible con convertir a cualquier prójimo, sólo por aumentar las muescas de su cinturón, porque una vez lo han conseguido tratan a los pobres creyentes como a números, y pasan al siguiente, sin interesarle para nada sus sentimientos. Imaginaos si Jesús hiciera lo mismo, o si unos padres que traen al mundo a un bebé, lo abandonaran en un portal y le dijeran: “Mira nosotros hemos cumplido trayéndote a este “fabuloso universo”, ahora búscate la vida. ¡Adiós”
Y, al margen de todos “estos”, están las auténticas buenas personas, en quien podemos confiar ¿Hay muchas? Sí, definitiva y afortunadamente, sí.
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El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.
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