16 de septiembre de 2025

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Los “buenos cristianos” (2) (Respuestas)

Siempre es arriesgado tocar temas relativos a creencias religiosas porque suelen tener que ver con la fe, y la fe no se puede forzar, no depende de nosotros, nos viene dada… 

Alguien me ha preguntado porque menciono de un tiempo a esta parte tanto a Dios en un bloc teóricamente profesional, aun sabiendo que este no es el sitio adecuado para hablar de estos temas, y también que «no es demasiado bueno para mi imagen», porque hablar de la iglesia y de los católicos y sus contradicciones, hará que me cree “enemigos”

¿Mi imagen? Siempre he luchado por tener una reputación intachable, pero el tiempo me ha hecho ver que no podemos controlar lo que los demás piensen de nosotros, porque entran en juego distintos sentimientos que generamos en otras personas y  solo podemos responder de nosotros mismos. No sé… Pero, si por explicar cosas que he vivido, por opinar de otras, por no tener dos caras o por estar viva, hay personas que se convierten en mis enemigos, el problema lo tienen ellos, y si además, son católicos lo tendrán con Jesús o con la divinidad a quien se dirijan en sus oraciones.

En cuanto a lo de mencionar a Dios mi respuesta es corta y fácil: es porque quiero hacerlo, y porque para mi no hay tema del que no se pueda hablar con respeto.

Pero es cierto que las creencias religiosas tienen que ver con la fe y todo lo que tiene que ver con la fe, con lo sagrado y lo sagrado con Dios, con su existencia, en la que muchos no creen. Y, vuelvo a repetir, que también está la interpretación que hacen de la religión algunos cristianos que a veces tiene que ver más con sus propias carencias, miedos, inseguridades, complejos, que con la doctrina de Jesús. 

Pero ¿Qué es tener fe? Creer en algo que no podemos demostrar, sin pruebas, que no podemos tocar ni ver, que únicamente podemos sentir. La fe no solo tiene que ver con la religión sino con la confianza que depositamos en personas o situaciones.

Yo la comparo a lo que sentimos cuando nos enamoramos, porque también tiene que ver con  la convicción, cuando depositamos nuestro corazón y nuestra alma en manos de personas a las que hasta hacía poco tiempo ni siquiera conocíamos y, sin saber ni cómo convertimos a esos seres en indispensables en nuestra vida, seamos o no correspondidos. También puede pasar con amigos.

¿Por qué entramos en esta especie de ensoñación donde solo escuchamos los latidos de nuestro  corazón y no los avisos de la mente.  No hay una respuesta lógica sobre todo cuando sufrimos por un amor no correspondido. Pero como la fe, el amor surge de manera espontánea, es un sentimiento que nace de lo más profundo de nuestro ser. No deja de ser curioso y hasta gracioso la explicación “técnica” que hacen del enamoramiento:  “El enamoramiento, desde el punto biológico y bioquímico, tiene su origen en la corteza cerebral, continuando su recorrido por el sistema endócrino y segregando dopamina, hormona encargada de generar cambios en el hipotálamo, cuya manifestación es puramente fisiológica…  

Son ganas de retorcerlo todo…  Para mi, solo tiene que ver con sentir, para enamorarse no hay edad, ni condición social, ni color, ni belleza, ni fealdad, ni dinero, ni pobreza, ni cortezas cerebrales, ni tonterias… 

La historia nos muestra a célebres autores que han escrito sobre sus diferentes facetas, y ese sentimiento que nubla nuestra voluntad ha  inspirado  las más bellas historias de amor, los mas bellos poemas a personas de una racionalidad que parecían carecer de emociones y, sin embargo han plasmado la pasión, el dolor, de una manera magistral. Más tarde, algunos han reconocido que, les ha hecho ser mejores  personas. Aunque el desamor, el dolor, también ha dado como resultado grandes obras maestras. Dios habrá tenido algo que ver algo en todo eso, aunque dicen, que la responsabilidad, sólo recae en nosotros.

Pero ¿Creemos en la existencia de Dios?. Es algo muy personal. Hablamos de ese ser que creó el mundo, también al hombre, y del que dicen que no se mueve una hoja sin que Él lo quiera… Y la verdad es que no podemos, dese la lógica, negar ni confirmar su existencia. Hay mucha gente que cree en su inexistencia, duda y espera que aparezca y les explique donde ha “estudiado” y, como ha aprendido a hacer milagros.

Confianza, es lo que nos falta en el poder de Dios, hay algunas citas en la Biblia en las que deberíamos creer aunque fuera solo por interés:  “Os aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá.” Eso sí, después de unos cuantos rezos, porque gratis del todo no nos va a conceder nuestros deseos. 

Y como explicaba en el post “Los buenos cristianos”, no cunden mucho los ejemplos, como para que mirando a nuestro alrededor, reconozcamos  a personas que son un ejemplo de Dios, más bien todo lo contrario.

Sí, fui a Medjugorje, y la mayoría  de las cosas que escribí las he vivido y he  tenido la “suerte” de “conocer” a unos cuantos de esos “buenos cristianos” que describía. Y, cuando pensaba que era pura casualidad que hubiera coincidido con lo “mejor” de cada casa, resulta que, tiempo después, se repite la historia y encuentro en mi camino a otros  “fieles” que son del mismo palo, (como ya he explicado antes) aunque no haré hincapié en sus maldades, porque aunque sé que el Creador se encargará de ellos, me duele.

Pero vale la pena viajar a santuarios marianos porque algunas seres humanos con los que coincidimos en esos lugares valen mucho la pena. Sí, algunos… Otros seguirán siendo como Judas aun postrados a los pies de la mismísima virgen, 

Recuerdo una cosa que me dijo una persona que conocí en la peregrinación, y que no entendí en ese momento: Estábamos en el aeropuerto a punto de embarcar, se acercó y me dijo: “Me ha encantado conocerte, no cambies, que no te hagan cambiar” y nos despedimos. No entendí nada y pensé,  “Yo siempre soy igual, imposible que alguien me haga cambiar…” Con el tiempo he podido comprender el significado de esas palabras… 

Y tienen que ver (aunque hay muchas más razones), con el porqué la gente no va a la  iglesia, porque cuando eres neófito ves como los feligreses que la frecuentan se preocupan más de juzgar a los que están a su alrededor que de centrarse en Dios y en la Eucaristía. Parece que los años de misas, en vez de  aportarles paz le han aportado zozobra porque su comportamiento es radical e intransigente.

Yo creía que a la iglesia había que ir a buscar a Dios, a fomentar la unidad no a crear división y conflicto,

Juzgar, criticar, manipular incluso a familiares cercanos, que pasan momentos complicados  y en vez de apoyarles para que sean felices coartan su libertad con mensajes subliminales. Hasta que Dios interviene, les quita la venda de los ojos y, por fin, se liberan.

Porque no se puede vivir en el pasado, hay que avanzar siempre, hay que dejar el sufrimiento atrás y vivir, cualquier persona que nos quiera nos diría eso, Dios nos dice eso, cuando nos pide que aceptemos la cruz que Él nos manda para crecer, pero no nos dice que nos quedemos clavados para siempre en el Gólgota.

Porque Dios, no es coacción, no es represión, no es crítica, no es falta de respeto, no es oscuridad… Es luz, es armonía, es orden, es vivir en conexión entre lo que sentimos y lo que pensamos es, en definitiva amor. 

Sí, solo amor y, estoy segura que a Jesús, no le importa nada como envolvemos nuestro cuerpo, si nos vestimos de harapos o de ropa de marca, si nos cambiamos una o mil veces al día, eso no es importante. Lo importante es lo que tenemos en el corazón, lo que estamos dispuestos a ofrecer a los demás, lo que estamos dispuestos a ofrecerle a Él.  

Bueno y con esto paro, de momento, de hablar de Dios, porque estoy perdiendo “buenos amigos” a destajo…

Pero añadiré que ahora sé que una retirada a tiempo es una victoria, que a veces es necesario dar unos pasos atrás para coger impulso y seguir en la batalla, (como hacia el papa Francisco, cuando opinaba y se veía obligado a retroceder y matizar sus palabras) me identifico mucho con él. Y también: “Solo Dios basta” una cita de Santa Teresa de Avila que forma parte de uno de sus poemas más universales “Nada te turbe” «Nada te turbe, nada te espante todo se pasa /,Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, / quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta.» 

 

 

 

 

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Maria José Rasero periodista
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