¡Ya!. Tenéis que verlo ya, está en YouTube. Es un documental dirigido por Anat Stalinsky que se llama “Gritos en silencio”. Entrevista a supervivientes de la masacre cometida por los terroristas de Hamas el 7 de octubre de 2023, en Israel.
Producido por Kastina Communications, solo dura 56 minutos, aunque podía durar tres días si hubieran querido, porque recoge testimonios de las personas que ese día fatídico, decidieron ir al festival Supernova, para disfrutar de un concierto de música electrónica en pleno desierto del Neguev, cerca de la Franja de Gaza.
Celebraban la festividad judía de Sukkot, y mientras miles de jóvenes bailaban al ritmo de la música, se vieron sorprendidos por la caída de pequeños misiles, que en un primer momento pensaron que formaban parte del espectáculo, hasta que sonaron las alarmas y vieron a un grupo grande de terroristas de Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) y otros grupos armados palestinos de la Franja de Gaza ocupada, llegaban en parapentes con motor, motos y camionetas disparando a todos los asistentes.
Las escenas que describen quienes llegaron primero al recinto del concierto y los supervivientes (porque por respeto hacia los familiares han obviado las grabaciones), son dantescas, de una crueldad inusitada, cientos de jóvenes violadas, apuñaladas, quemadas vivas, torturadas, cuerpos cortados a pedazos. Brutalmente asesinadas de la peor de las maneras que podamos imaginar. Más de 1400 personas murieron y algunas tuvieron la “mala suerte” de vivir, de ser cogidas como rehenes.
Simultáneamente, miembros de organizaciones que forman parte de Hamás tomaron diferentes puestos militares y se ensañaron con los kibutz., Nahal Oz, Kfar Azza, Nir Oz, Netiv Ha’asara, Sufa, y el mayor y más conocido Be’eri, donde más de 130 personas murieron en el ataque. Lo asaltaron un grupo de unos 300 terroristas que entraron casa por casa matando, violando y capturando a los habitantes. Y 600 civiles gazatíes saquearon las casas que no fueron incineradas, ellos, según los supervivientes, también violaron y mataron a sus vecinos. En todos los casos, mientras cometían tales atrocidades iban acompañados de un equipo de cámaras y un periodista que filmaban lo que ellos consideran una victoria del pueblo palestino.
Un tercio de las casas fueron incineradas, Hamas sabía cómo era el tipo de gente que los habitaba, personas idealistas que aspiraban a construir un mundo mejor.
Y, lo más lamentable es que todas estas atrocidades no han calado en la conciencia de mucha gente que se posicionan de una manera determinante a favor del pueblo palestino… Pero, ¿se puede separar Hamás de la mayoría de los palestinos de a pie? No, y lo han demostrado.
Creo que si Hamás (grupo político militar, movimiento islamista, yihadista y nacionalista, y para la mitad del mundo occidental, grupo terrorista) ganó las elecciones con mayoría absoluta en 2006 y gobierna Palestina desde 2007, es porque los que le votaron, (ganaron por un 76% de los votos) estaban de acuerdo con el modus operandi y las promesas de la organización, que tienen como finalidad la liberación de Palestina, poner fin a la ocupación israeli de la palestina histórica y eliminar los asentamientos ilegales de la franja de Gaza. Pero, sobre todo destruir el estado de Israel.
Aunque estoy en contra de los nacionalismos exacerbados, puedo entender sus reivindicaciones, pero la manera que tienen de conseguirlo no es la que se le presupone a seres humanos, sino la de auténticos monstruos. Y, no. No me puedo posicionar al lado de seres humanos sin conciencia, no podría reconocer un estado mientras esté gobernado por terroristas, mientras sean capaces de cometer las atrocidades que ellos mismos nos muestran en sus grabaciones. Estoy a favor de la vida, no de la muerte.
Murieron más de 1.300 personas en un día que tenía que ser de celebración, una fiesta en la naturaleza durante toda la noche. Y no, no fue así. La muerte campo a sus anchas y, fueron sobre todo, las mujeres las que sufrieron las torturas más atroces.
Imaginaros el terror de sus víctimas. Los militantes de Hamas utilizaron la depravaciónn, el abuso físico, la violencia sexual, como herramienta de guerra antes de quitar la vida a cientos de mujeres. Tuvimos ocasión de verlo en televisión a través de algunas imágenes impactantes que los terroristas difundieron. Ha pasado un año y medio y, lo que allí sucedió trasciende la condición humana. Tuvieron tiempo de todo hasta que llegó la ayuda y, para muchos, demasiados, fue tarde.
Y, sin embargo, seguimos viendo como personas se olvidan de lo que dio pie al recrudecimiento de una contienda (casi indefinida, entre israelíes y palestinos), que casi «parecía» en estado de negociación, y sin embargo ese ataque hizo que todo saltara por los aires. ¿Blanquear monstruos?. Sí, está de moda, blanquear atrocidades, blanquear asesinatos, blanquear a seres que desde el poder reprimen las libertades de otros.
Sufro por Zelenski, presidente de Ucrania, que puede desaparecer en cualquier momento, ya que ahora Trump «blanquea» a Putin, el mundo al revés, porque ¿quién es el dictador?. Y Venezuela, ¿cómo terminará está lucha? Corina Machado y el presidente electo Edmundo González, pendientes de ¿unas nuevas elecciones?, pueden ser los grandes perdedores en medio de las negociaciones entre Trump, Putin, Maduro. Cada vez parece más estéril su lucha para liberar a su pueblo de la opresión del dictador.
Después de 15 meses de guerra y muchos de negociación, Israel y el grupo Hamas alcanzaron un acuerdo de alto el fuego en el que los israelíes intercambiarían miles de prisioneros palestinos a cambio de unos cuantos rehenes israelíes vivos y muertos. El convenio consistía en tres fases: la primera, una tregua de seis semanas, la segunda, negociar el fin de la guerra y la tercera, la reconstrucción de Gaza.
La primera fase acaba de terminar de la peor de las maneras, con la entrega de los cadáveres de Oded Lifshitz y los cuerpos de Shiri Bibas (33 años) y Kfir (4) y Ariel Bibas (9 meses).
Todos esperaban que la familia Bibas, (que vivían en el kibutz Nir Oz, cuando fueron secuestrados), convertida casi en un símbolo, fueran devueltos con vida, pero han regresado en un ataúd. La imagen que distribuyeron los islamistas cuando fueron retenidos en el kibutz, donde se veía a una asustada Shiri apretando contra su pecho a sus dos pequeños, y como la pasearon por el pueblo a empujones hasta hacerla desaparecer, clama al cielo.
Después de muchos contratiempos, sus cuerpos han sido devueltos a su familia y descansan en paz. Pero el mundo no debe olvidar que los terroristas de Hamas, según las pruebas forenses e información de la Inteligencia israelí, que dijo haber compartido con sus “socios en todo el mundo para que puedan verificarlos”, han podido mirar a los ojos de los pequeños inocentes y asesinarlos sin piedad, algo que no debería poder hacer nunca un ser humano.
¡NO! Ninguna reivindicación puede justificar algo tan cruel. Fotos: YouTube: Documental «Gritos en Silencio»
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