26 de abril de 2024

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Rocío Carrasco no quiere a sus hijos

Carlota Corredera anoche, se marcó un speed, como introducción a un nuevo episodio de “Rocío…” sobre la insensibilidad de los “negacionistas” (término que pretende ser ofensivo por negar verdades reconocidas) pero mal aplicado en este caso, porque hablaba de una verdad subjetiva que interesa a Mediaset, tachándolos de malos, malos, malos. Porque, según ella, osan no creer a pies juntillas las proclamas victimoides de Rocío Carrasco. Es como si, por ejemplo, no te gusta el cine y te hacen responsable de cargarte la industria, si por estar delgada eres culpable de los complejos de las personas que están gordas, si por ser guapa, descerebrada y por ser rubia, tonta… por poner ejemplos que no se presten a demasiado debate.

Carlota Corredera la talibana de Telecinco auspiciada por el capo Vasile, y en defensa de un producto estilo culebrón turco, pensado para ganar dinero con una biografiara adaptada a las necesidades de la cadena(en un momento de bajón de audiencia), para mayor gloria de la pasta que ingresa Mediaset y el pastón que ha cobrado la “dagnificada”.

¡Que pena! Acaban de morir dos periodistas por hacer bien su trabajo. Ellos, deberían ser el espejo donde mirarse, de todos esos reporterillos chanchulleros que pululan por Telecinco, doblegados al poder. Todos esos, que antes de dar una noticia, no se preocupan de informarse exhaustivamente para ofrecer la mejor información, todos los que hicieron, cuando se graduaron un juramento, en una carrera que tienen un gran responsabilidad con la sociedad, como dijo Darío Restrepo: “El periodismo es un  servicio público que el periodista presta a través de la información”, todos estos farsantes que cada día adaptan su relato a las necesidades de los que los contratan…

Pero afortunadamente el periodismo es y siempre serán David Beriáin y Roberto Fraile.

En todo este relato que ha dividido a la opinión pública, el quid de la cuestión, se resume en dos preguntas que nadie contesta claramente: ¿Rocío Carrasco es una enferma de depresión? ¿O es una mujer que ha decidido hacer lo imposible para vengarse de su ex pareja y de sus hijos?

La respuesta debería estar clara, pero no lo está. Yo que he vivido las consecuencias de la depresión, durante años, por padecerla un familiar muy próximo y sé, que quienes la padecen tienen una visión de la realidad subjetiva nunca objetiva, que aunque les envuelvas en oro ellos lo ven como barro, que por mucho que les expliques que las cosas, a veces, no son así, creen que el mundo está contra ellos. Si de verdad está enferma, sois unos irresponsables, porque sabéis que lo que explica es solo “su” verdad. Aún así,  está bien que se explique, pero no convirtáis sus experiencias vitales en debate nacional ni en un tema de buenos o malos o la utilicéis políticamente. Si ella quiera entrar en el juego a cambio de dinero, pues perfecto, pero no la convirtáis en mártir. Y dejad en su casa a ese coro de voceras de plató que lleváis cada miércoles para remarcar ampliar y aclarar, como si los espectadores fueran tontos, lo que ha dicho y no ha dicho vuestra “protagonista”, dándole la razón como si la vida les fuera en ello… ¿La vida.? No. La pasta sí.

La respuesta a la segunda pregunta es más peliaguda. Si, como transmite, (cuando le sale el carácter, que lo tiene), lo único que le interesa es venganza hacia su ex pareja y parece que también hacia su hija…. ¿Qué hacéis intentando convertirla en un referente nacional para las mujeres maltratadas?. No, la mayoría de mujeres que sufren maltrato no son millonarias ni tienen una cadena de televisión a su servicio  ¿no os da vergüenza?. Entonces las cosas cambian, no existe la verdad absoluta en ninguna historia, algo que nos vendéis cada día, a nivel político y social y desde una cadena que solo debería existir para divertir e informar de una manera objetiva a la gente.

Yo le diría a Rocío Carrasco que los juzgados no son el plató de Sálvame, Viva la Vida o  Socialité, no son Telecinco. Los jueces hacen que lo tienen que hacer, miran los problemas de forma global no parcial, No le dan la razón al más guapo o alto, ni al más influyente si por ser hombre o mujer. Los jueces valoran las pruebas, algo que han hecho contigo y no te han dado la razón, después de que lo hayas intentarlo en todas las instancias posibles. Por eso, y por ser amiga de uno de los directores de Telecinco habéis recurrido a la justicia social, conociendo como conocéis, como movilizar al vulgo a vuestro antojo a través de los programas de la cadena, a través de vuestros emisarios preferidos Jorge Javier, Bélenes, etc.

Pero lo que a estas alturas está claro es que Rocío Carrasco no quiere a sus hijos, el hecho de traerlos al mundo no te obliga a ello, el amor filial está supervalorado. Ella no es la  primera persona, que cuando mira a los hijos que tuvo con “ese ser” al que culpa de todos sus males, su sola presencia les crea un rechazo absoluto y eso le impide aceptarlos como son y les culpan de ser la extensión de la persona a la que odian (hay escritos sobre esta afección).

Sus frases, sus comentarios, esa gana de explicar y justificar que no los ve porque Rocío Flores la maltrató en su adolescencia. Decir que su hijo David, está mejor con su hermana , ese no estar preparada para cogerle el teléfono a una niña que ya es mujer, tachar  a Antonio David de maltratador pero no luchar por tener a sus hijos con ella y tantas y tantas razones que esgrime, ese explicar con pelos y señales lo que le sucedió en el pasado, lo único que demuestra es su falta de amor hacia ellos. Para mi, por el hecho de traerlos an mundo no tiene necesariamente que quererlo, pero ya que los ha traído, si sería de buena persona decirles “chicos buscaros la vida yo no existo” … ¡Ah! Pero está Twitter, ¿que le dirían entonces? Le quitarían la razón, la convertirían a ojos del mundo en “mala madre”. Seguro que sí, pero también sería mas feliz con ella misma y con su pareja, que a estas alturas se está yendo de rositas y seguro tiene mucho que ver en esta historia.

Mientras tanto hay muchos daños colaterales a los que Telecinco no le dan voz, tal vez para que no se les caiga el chiringuito.

Gay Talesse, dixit ” El periodismo se trata de estar ahí, mirar a la gente, mirarla a los ojos; no creer en lo que te dicen. No hay que creer en lo primero que te dicen. Hay que preguntar una, dos, tres veces, cuatro veces. Siempre hacerlos parte de la conversación.”

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