El Comú de Canillo ha inaugurado Cal Federico, uno de los espacios más emblemáticos de la parroquia andorrana y lo transforma en un punto de encuentro entre historia, arte y producto local.
El antiguo molino Cal Federico, una joya patrimonial construida en 1942, ha reabierto sus puertas tras una cuidadosa rehabilitación que lo convierte en un espacio de memoria histórica, creatividad y promoción del producto artesanal de proximidad.
Considerado el primer molino eléctrico de Andorra y uno de los pocos que se conservan en excelente estado en toda la península ibérica, Cal Federico vuelve a ser un símbolo de identidad para la parroquia. El proyecto, impulsado por el Comú de Canillo y valorado en 270.000 euros, combina la preservación del patrimonio con el impulso a la economía local.
El edificio se organiza en dos niveles que reflejan su nueva vocación. En la planta baja, se mantiene el antiguo molino, convertido ahora en un espacio museístico que invita a descubrir la historia de la electrificación en el país. Junto a él, una tienda km 0 ofrece productos agrícolas, alimentarios y artesanales elaborados en Andorra.
Los visitantes pueden, además, degustar vinos, quesos y embutidos locales, fortaleciendo el vínculo entre tradición y gastronomía.
En la primera planta, Cal Federico alberga una sala de exposiciones abierta a artistas y creadores de la zona, un nuevo escaparate para el arte contemporáneo en un entorno cargado de historia.
El proyecto refuerza la apuesta del Comú por preservar el legado histórico, impulsar el sector primario y promocionar el producto de proximidad, pilares esenciales para el futuro de las parroquias de montaña.
Situada en el corazón del Principado, Canillo es sinónimo de naturaleza tradición y autenticidad. En su territorio se encuentran algunos de los grandes iconos turísticos del país, como el Pont Tibetà de Canillo, el Mirador del Roc del Quer, el Santuario de Meritxell (patrona de Andorra) y el Palacio de Hielo de Andorra, junto a una amplia oferta de rutas de senderismo, esquí y actividades de montaña además de una extensa red de rutas de senderismo, esquí y actividades al aire libre.
Con la recuperación de Cal Federico, Canillo refuerza su papel como destino donde el patrimonio y la modernidad conviven en equilibrio, invitando a descubrir la vida, la historia y los oficios del Pirineo. Fotos: Comú de Canillo
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