Homenaje a las víctimas de la DANA en su primer aniversario en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia.
Palabras de su Majestad el Rey Felipe VI dirigidas a los familiares de las víctimas: «…La Reina y yo queremos que lo sepáis: estamos, ahora y siempre, con vosotros. Ante tanto dolor, ojalá nuestras palabras lleguen como un abrazo…»
El tiempo pasa rápido, pero no lo suficiente para amortiguar el sufrimiento de las personas que perdieron a sus seres queridos, sus hogares, sus negocios… todo por lo que habían luchado.
Culpar de la tragedia a un político por no saber reaccionar con la rapidez que se le presupone ante lo que se venía encima es humano. Que los familiares de las víctimas, que no querían que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, asistiera al funeral de Estado (celebrado en Valencia con la presencia de los Reyes y del presidente del Gobierno), lo recibieran al grito de asesino, también es humano —aunque, evidentemente, no lo sea—. Quizás un poco «sinvergüenza», sí, aunque estar de comida con una amiga periodista ese día fue, al parecer, una casualidad. Se puede entender la rabia.
Sin embargo, creo que hizo bien asistiendo al funeral y dando la cara ante sus vecinos. Aunque no haya dimitido (¿quién se sorprende? En este país no dimite nadie), al menos ha demostrado que, aunque no sepa tomar decisiones con la rapidez necesaria, no es un cobarde. Y se nota que se siente mal, porque es consciente de sus errores. Aun sabiendo la que se le venía encima, estuvo allí, dando la cara, y no creo que haya sido precisamente “agradable”.
También estaba Pedro Sánchez, que tampoco dimite —ni la mitad de su Gobierno— y que en su momento huyó de los vecinos furiosos que querían comérselo. Así que, para hablar de cobardes, y de políticos que toman pésimas decisiones habría que abrir el abanico.
El presidente de la Generalitat no fue el único culpable del desastre ocasionado por una inundación repentina, fruto de una gran tormenta casi imposible de combatir. Es cierto que se podría haber mitigado con más preparación, si se hubiera alertado antes a la población, algo que los expertos consideran el principal error. En definitiva, se juntó un cúmulo de situaciones que, unidas, agravaron la tragedia.
A veces el dolor nos hace perder de vista la objetividad, y una forma de desahogo es insultar, con o sin motivo.
Carlos Mazón, elegido presidente en 2023, no es el “culpable” de los problemas estructurales de la región: la planificación urbanística deficiente y la mala gestión de emergencias vienen de lejos, y habrá que subsanarlas
Errores los cometemos todos, pero siempre buscamos a quién culpar. En este caso, parece que Mazón fuera el causante de la tormenta… aunque sí se puede decir que ha creado otra “tormenta”, con truenos y rayos políticos, por ser del PP, y que otros intentan aprovechar en su beneficio. Pero no es la tormenta que causó la tragedia.
Por cierto, la reconstrucción de la zona afectada va lenta, muy lenta. Las ayudas, lentísimas. Mejor centrar los esfuerzos —en lugar de tanto insulto— en que lleguen ya las ayudas económicas.
El homenaje fue (salvando los momentos de tensión) un acto emotivo, con una ofrenda floral mientras sonaba el “Cant dels Ocells” de Pau Casals y un encuentro de Sus Majestades los Reyes con los familiares de las víctimas. Fotos: Casa Real
¡Ojalá algo así no vuelva a suceder!
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