11 de septiembre de 2025

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Dejando pasar el tiempo (2)

Yo doy confianza, pero exijo respeto

Me estoy pareciendo al Papa Francisco (que más quisiera), cada vez que opino sobre algo, hay alguien que me sugiere o me pregunta y aunque, en un primer momento nunca creo necesario responder, después pienso que las personas que  han tenido la deferencia de leer mis posts se merecen una contestación.

Así que voy a hacer una segunda parte del artículo titulado “Dejando pasar el tiempo”, porque me han escrito diciendo que en los casos de pérdida de una persona querida, el papel de la familia es muy importante, y lo he pasado por alto.

La verdad es que no ha sido un descuido. Es porque mi experiencia en estos casos no es positiva, y he preferido no abordar un tema que podía herir la sensibilidad de algunas personas, aunque tengo que reconocer que sí quería hablar de este asunto.

Pero, no me voy a quedar ahí, voy a hacer un recorrido por una etapa de mi vida en la que se sucedieron una serie de situaciones difíciles de encajar, y sin saber como, quizás como un mecanismo de defensa decidí aceptar y creer en que “lo que nos pasa es lo mejor que nos puede pasar”

Es mejor perderse que nunca embarcar
Mejor tentarse a dejar de intentar
Aunque ya ves
Que no es tan fácil empezar

La mejor manera de hablar de algo es desde la experiencia, explicando lo que nos sucede a nosotros, y es lo que voy a hacer describir la manera que tienen de comportarse algunos familiares en esos momentos donde la vida nos pone a prueba (y que nos pasa a todos en algún momento) aunque sean dolorosos de rememorar.

Efectivamente el apoyo de la familia es importantísimo, debería serlo, en todas las circunstancias, pero tiene un problema y es que nadie hace nada gratis y se lo suelen cobrar, eso sí, “sin acritud”  

Mi padre contrajo una enfermedad terminal. Es durísimo ver como la dolencia se alarga en el tiempo,  y se va complicando más y más y como hace mella en su estado de ánimo, en su físico, hasta que casi pierdes de vista a la persona que fue, y aunque quieres, y lo intentas, porque siempre existe la esperanza de que se produzca el milagro, sucede lo inevitable.  Y, casi te vas con él ante la impotencia que sientes por no haber podido hacer nada para salvarle. 

Sé que lo imposible se puede lograr
Que la tristeza algún día se irá
Y así será
La vida cambia y cambiará

Pero, por si no tenía suficiente, el destino se encargó de administrarme otra dosis de realidad,  así que pocos meses después, la vida me volvió a “vacilar”: Un día quedas con tu madre  para pasar un domingo feliz, pocas horas antes de que la vayas a recoger, alguien te llama para comunicarte que ha “ocurrido un accidente”… Y preguntas:  ¿Cómo? Un accidente. ¿A quién?. A tu madre… Y te paralizas porque hacía un rato que habías hablado con ella de “tonterías” … Y te sientes culpable por no haber quedado antes y en todo ese tiempo que perdistes sin estar a su lado o en las cosas que no hicistes, y no puedes ni llorar.

Así que, ahí está la “familia” para acompañarte en el trance con la “mejor” intención …

Pero pasa el tiempo y ves que te tratan como si fueras un niño/niña pequeño, como si no tuvieras edad y capacidad suficiente para tomar decisiones. De momento no te das cuenta, porque las etapas se suceden y tú más que vivir te resignas. así que te dejas llevar y en ese dejarse llevar ellos se aprovechan y te utilizan de comodín para todo, y lo permites, porque sientes que la  familia es importante, e inconscientemente, por agradecimiento.

No ponemos límites a que nos digan cómo tenemos que vivir, lo que debemos o no debemos hacer, y  somos unos títeres en sus manos,  una especie de “prisioneros emocionales” viviendo en función de lo que esperan de nosotros, para no decepcionarles. Pero eso pasa, porque se ha apoderado de nosotros tal inseguridad que no sabemos si queremos ser libres, y nos instalamos en la desesperanza. 

Y, creemos que de verdad nos quieren, así que nos convencemos de que su manera de actuar es por “nuestro bien”, pero eso no es más que una utopía. Las grandes decepciones nos llegan cuando en esos momentos de debilidad emocional, ponemos nuestra vida en manos de nuestros parientes y ellos se encargan de “demostrarnos” lo que son “capaces” de hacer con nuestra vida.

El tiempo hace que recuperemos nuestra fortaleza y sigamos adelante, aunque sea en honor a los que se fueron, que no permitirían que la tristeza por su pérdida nos impidiera ser feliz y querrían que su recuerdo nos impulsara a seguir adelante, aceptando nuestro destino desde la paz.

Sé que lo imposible se puede lograr
Que la tristeza algún día se irá
Y así será
La vida cambia y cambiará

Nos aguantamos e intentamos encontrar el equilibrio, aun viviendo en un estado de “desequilibrio” abrazando la realidad y pensando que “ya pasará” pero sin hacer demasiados movimientos para que se produzca ese cambio… pero nada es definitivo en nuestro universo.

Por lo menos no lo fue para mí. Un  día me levanté, tan desganada como siempre, y salí a la calle a pasear a mi perrito, hacía un día especialmente soleado y tanta luz hizo que me invadiera una sensación como de alegría, de paz, hacía mucho, mucho, tiempo que no tenía esa sensación. Miré a mi alrededor y le dije:  “Pero qué día tan bonito hace Bilu (se llamaba Bilu, y lo adoraba) y él dando saltitos, me miró como preguntándose, pero qué dice esta loca, y seguí hablándole … “Y tú, sabes que eres una monada, ¿no?” Y, me pregunté,  pero ¿qué estoy haciendo  perdiendo mi vida inmersa en tanta tristeza?”. Y a partir de ese momento, comencé un nuevo capítulo de mi historia. 

Saber que se puede
Querer que se pueda
Quitarse los miedos
Sacarlos afuera

Pero la vida parece burlarse de nosotros y no se cansa de ponernos piedras en el camino para que aprendamos a sortearlas. Así que siguieron pasándome muchas cosas, entre ellas perder a otra persona muy querida.

Y, mientras arrastraba mis inseguridades y mis miedos, las circunstancias hicieron que me tuviera que trasladar a vivir a otra población. Fue realmente duro, porque tuve que renunciar a una parte importante de mi mundo. 

Y empecé a relacionarme con gente a la que le explicaba mi vida, sin capítulos, de un tirón, pensando que la empatía y la bondad  humana existían. En realidad, era un momento en el que necesitaba conectar con otras personas, creer en otros, en un ambiente totalmente desconocido para mí, y  mira por donde, cada persona que conocía parecían estar “cerca de Dios”, pero,  solo lo parecían, era una “ilusión” reflejada en ellos.

Y, cuando aun no me había adaptado al cambio, y por casualidad, conozco a un grupo de personas a las que consideré como un regalo que Dios había  puesto en mi camino, (creo que estaba un poco enajenada) después de tantas vicisitudes. Y le di las gracias. Y, ¡Vaya desastre!  Porque enseguida vi. que me había vuelto a equivocar.

A veces, cuando quiero que alguien se ría, le cuento esta especie de anécdota o historia (ni sé como llamarla) y el efecto en la gente es variado. Por ejemplo: Los que pensaban que yo era inteligente, lamentan haberse confundido, los que creían que era idiota, se lo confirmo, también están los que piensan que me quedo con ellos y que estoy bromeando, y entonces les prometo que lo que les explico es real, entonces me recomiendan, después de asegurarse que con tantos quebraderos de cabeza no me he vuelto loca, que pase de todo y me vuelva a la India. Pero la verdad es que se ríen, y no conmigo, de mí. No me enfado porque es lógico.

Así que se acabaron los “amigos”, que son capaces de decirle al Sol por donde tiene que salir porque creen estar en posesión de la verdad, se acabó la gente, rígida y reprimida, que anulan las enseñanzas del Creador que se basan en el amor … En definitiva se acabó el “milagro” de Dios. Pero no se acabaron las lágrimas…

Vale más
Poder brillar
Que solo buscar
Ver el sol

Y, me aparté, en contra de mis sentimientos, como protección, para evitar que sigan haciéndome daño, aunque siendo consciente de que el problema lo tengo yo, porque no se pueden confundir las “hostias” con abrazos. 

Y en medio de ese grupo ves,  a otras personas que parecen estar viviendo lo que te ha sucedido a ti, y quisieras decirle tantas cosas, pero sobre todo “¡Vive!” Aunque, no puede ser, porque no somos nadie para meternos en el proceso vital de alguien.  El destino, nos pone en la situación y con las personas que nos obligarán a crecer, queramos o no. Aunque no tengo ninguna duda que el tiempo se encarga de poner todo y a todos en su lugar. 

Para mucha gente tener sentido del humor, transmitir nuestras emociones es pecado, la amistad entre un hombre y una mujer es pecado, dar un beso o un abrazo es pecado. Para mi no, yo necesito demostrar mis sentimientos, pero de un tiempo a esta parte, cuando coincido con esos humanos. Viendo sus caras le pregunto a Dios, si él tiene sentido del humor, si para ir de “santos” hay que poner cara de enfadado. Y también qué opina de la gente que solo sabe juzgar y criticar a personas que no les han hecho nada, que su único error ha sido confiar en ellos.

Así que, para no desentonar con el ambiente imito a esas personas y pongo cara de vinagre. Después, cuando me marcho y me río, aunque sea de mi misma. Y como dice un proverbio escocés: «Una sonrisa cuesta menos que la electricidad y da mucha más luz.» 

Últimamente  me repiten hasta la saciedad, (e intento tomar buena nota y grabármelo a fuego en el cerebro, pero me cuesta mucho) que lo importante es que estamos sanos y vivos, y aunque nos duela perder a personas a las que había cogido afecto, la amistad como el amor no es unilateral, así que si no se tiene que dar, no se da. 

No importa el lugar
El Sol es siempre igual
No importa si es recuerdo
O es algo que vendrá.

La realidad manda, y aunque parece que solo debemos confiar en nosotros mismo… Tengo fe, esperanza y confianza, en un ser que no es de este mundo…

Tentar al futuro

Con el corazón

Saber que se puede
Querer que se pueda

 

 

 

 

Visitas: 7

Maria José Rasero periodista
Web |  + posts

El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.