“Después de comer chocolate te sientes como un dios, como si pudieras conquistar enemigos, liderar ejércitos y seducir amantes” (E. Luchetti). Porque, vamos a ver ¿quién puede resistirse, enamorado, a aceptar una caja de bombones? Y después, cuando el romance termina, ¿hay algún momento mejor para devorar kilos de ellos? A ser posible negro y bien fuerte, porque no estamos para sutilezas: necesitamos esa energía que nos aporta el cacao para reducir el estrés y la ansiedad.
Los humanos somos tan volubles que, poco tiempo después, encontramos por enésima vez “el amor de nuestra vida”, porque “nunca antes nos habíamos enamorado con esa intensidad”. Ella o él nos parece perfecto y nos sentimos tan afortunados que necesitamos chocolate para completar esa sensación de felicidad.
Pero…«snif, snif, snif!» Dioooos… Solo han pasado unos meses y ahí estamos tiradas en el sofá, rodeadas de pañuelos empapados de lágrimas ¡que ha pasado? “Es que no era tan perfecto…” snif. Frente a nosotros, en la mesita, una súper caja de bombones (total, ¿a quién le importa la línea? Si siendo tan monísima he vuelto a perder al “amor de mi vida”…). ¡Oye!, pero qué buenos están estos bombones… A ver: este está relleno de caramelo, este de frutos secos -¡impresionante!- y este otro de praliné… Mmm… Empiezo a sentirme feliz, muy feliz. ¿Por qué lloraba? No lo sé… Y este blanquito… ¡Perfecto!»
Pensándolo bien, creo que no era mi alma gemela. Así que me voy a poner hasta el quico de chocolate: con leche, con avellanas, con trufa, con naranja… ¡si es que están todos tan buenos! Y mientras devoro, devoro y devoro, en la tele aparece “Lo que el viento se llevó”. Y, de pronto Rhett Butler suelta la memorable frase: “Francamente, querida, me importa un bledo”. Y yo, indignada le corrijo: “¿Qué dices, hombre? Es: «Francamente, querido, me importas un bledo…”. Aunque, no es verdad, porque le amo o solo creía amarlo… Así que me olvido de Rhett y, por unos instantes, soy Escarlett O’Hara. Mientras cavilo cómo recuperar “al único ser de este mundo que me importa” (aunque tampoco sé muy bien quién era), sigo comiendo chocolate, muy desolada, eso sí, diciéndome: “Ya lo pensaré mañana”.
Y es que todo lo que necesitas es amor. Y, si no hay suerte… ahí está el chocolate.
Aunque si alguien sabe de chocolate es Simón Coll y Chocolates Amatller, una empresa con casi dos siglos de historia que mantienen vivo un legado chocolatero que combina oficio, innovación y un profundo respeto por la tradición. Fundada en 1797 en el barrio barcelonés de Santa Maria del Mar por Simón Mestre, la compañía -hoy ubicada en Sant Sadurní d’Anoia- preserva una herencia familiar de más de seis generaciones que continúa elaborando chocolate Bean to Bar con ingredientes naturales, sin gluten, sin aceite de palma y sin conservantes.
De cara a la Navidad 2025, las dos marcas presentan una campaña cargada de diseño, creatividad y nuevas propuestas para todos los públicos.
Adviento: los calendarios que inauguran la temporada
Los calendarios de Adviento siguen siendo uno de sus productos estrella. Con ilustraciones cuidadas y chocolate de alta calidad están disponibles en varios formatos. Entre los productos irresistibles destacan los mini chocolates de 5 gramos pensados para los más pequeños y figuras 3D de 9 gramos para una experiencia más lúdica.
Entre los destacados figura el calendario Santa, que recrea un pueblo nevado con un Papá Noel avanza con su bastón de caramelo, acompañado por un reno travieso y pequeños aliados como los pingüinos, y el calendario Tió de Navidad, una propuesta profundamente catalana que incorpora chocolatinas extrafinas, ideales para el consumo infantil. Juegos de “busca y encuentra”, una manualidad para montar un pequeño Tió y la letra de la tradicional canción navideña para cantar en familia.
El auge del praliné: nuevos bombones
Tras el éxito de su bombón de praliné con chocolate con leche, la marca amplía su gama con dos nuevas creaciones donde la avellana es protagonista: Bombón 70% cacao con praliné de avellana, de sabor intenso y textura cremosa. Caja surtida que incorpora dos novedades: chocolate con leche y naranja confitada con corazón de praliné; y chocolate blanco con fresa liofilizada y praliné de avellana.
Los bombones, envueltos individualmente, siguen los valores de la marca: ingredientes nobles, praliné al 50% y ausencia total de aceite de palma, colorantes y conservantes.
Para los más pequeños: juegos, figuras y tradición.
Las icónicas figuritas navideñas –monedas, paraguas, surtidos de Papá Noel y Reyes Magos– mantienen su liderazgo en Cataluña, con amplia distribución y presencia en grandes superficies.. A ellas se suman los packs temáticos Tió de Navidad y los tres Reyes Magos, pensados para vivir las tradiciones familiares, y las monedas Hello Winter, con diseños modernos dirigidos a un público adolescente y adulto.
Turrones: el clásico que vuelve cada año
Simón Coll reivindica la sobremesa como el gran momento navideño. Sus turrones de chocolate, disponibles solo en estas fechas, se elaboran con frutos secos recién cosechados para garantizar sabor y frescura. La colección incluye desde el tradicional turrón de chocolate con leche y avellanas enteras -líder en ventas en Cataluña- hasta propuestas más actuales, como el turrón con galletas crujientes sin gluten, chocolate con leche y un toque de canela.
Chocolates Amatller: elegancia modernista para regalar y compartir.
La histórica marca barcelonesa apuesta por productos pensados para coronar los postres y acompañar el café. Su nueva colección destaca por el diseño icónico y la fidelidad a ingredientes puros.
Entre las novedades sobresalen: Hojas Finas de Chocolate, presentadas en una lata que reproduce un cartel de Alphonse Mucha (1900), con variedades que van del negro 70% con sal marina al blanco con fresa. Colección Flors de Chocolate, un surtido de 48 bombones en un estuche metálico de inspiración modernista, que incluye sabores como negro 70% con naranja, leche con café, leche con frambuesa y blanco con limón. El pack incorpora una guía de degustación para disfrutar plenamente cada variedad.
Reconocida como una de las principales firmas de chocolate en Cataluña, la compañía refuerza su apuesta por las experiencias inmersivas a través de dos centros de visita: el Espai Xocolata Simón Coll, en Sant Sadurní d’Anoia, y el Chocolate Amatller Experience Born, en Barcelona. Ambos espacios permiten al visitante adentrarse en el proceso de elaboración del chocolate y descubrir la tradición centenaria de la marca.
La empresa cuenta actualmente con seis puntos de venta propios y una extensa red comercial que supera los 4.000 establecimientos, además de su canal online. Su proyección internacional también continúa en ascenso: más del 20% de la producción se exporta a mercados como Australia, Japón, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, con una destacada presencia en varios países europeos. Fotos: Simón Coll
Visitas: 9
El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.
Más historias
La Guía MICHELIN celebra su 125 aniversario en Málaga con una edición 2026 llena de nuevas estrellas y talento emergente
La DOCa Rioja conmemora su centenario como referente del vino español
Michelin desvela los restaurantes malagueños que llevarán el arte andaluz a la Gala de la Guía Michelin España 2026