4 de noviembre de 2025

El cajón de Lady Pepa

Travel, Fashion, Beauty, Culture, Lifestyle… by María José Rasero

Philippe Shangti presenta «No Judgement Here» sin perjuicio

El artista abre su galería de La Massana, para presentar por primera vez, delante de los medios españoles, la colección fotográfica «No Judgement Here»,  una crítica comprometida contra la discriminación y el juicio que la gente hace sobre los demás.

A la inauguración asistieron el jefe de Gobierno de Andorra y representantes de la alta sociedad del Principado.

Philippe Shangti  (Toulouse, 1983), es un artista contemporáneo francés multidisciplinar que como su alter ego Shang-Chi, del que tomó su apellido, se desdobla y convierte en un superhéroe, pero no lucha con los diez anillos místicos, sino con su arte para denunciar los males de nuestra sociedad.

Es un fotógrafo del universo y para visitar su “palacio” y asistir a la presentación de su última colección «No Judgement Here», nos dirigimos a La Massana. Llueve, el ambiente es triste, casi tétrico. Un gris que, al llegar a las inmediaciones de lo que parece ser una nave anodina, rompe una estrecha alfombra roja que termina en un pequeño promontorio y accedemos.

Entramos en una gran sala y de golpe el frío se convierte en calor, el gris en colores vibrantes, estamos en el mundo de Shangti, desde donde pretende agitar conciencias, combatir los vicios del mundo, el de “el futuro es ahora”.

No sé hacia donde mirar, porque cada uno de sus obras potentes y comprometidas te atrapa, porque no son solo imágenes, son mundos individuales que claman por sí mismos, y para los que no sepan leer su mensaje subliminal, sobre ellas están escritos sus lemas: “No redhead here”, “No superficial here”, “No religios here”, “No ugly here”, “No age here”, entre muchos.

Sí, Philippe Shangti escenifica a través de esta colección las distintas formas de juicio y prejuicios y discriminación que atraviesan nuestras sociedades actuales: color de piel, género, religión, edad, discapacidad, orientación sexual, apariencia física, cirugía estética, tatuajes o incluso el color del cabello. Pensar en esas “diferencias” es ya de por sí, no tener en cuenta que lo que importa es como nos comportamos como seres humanos. Pero las cruzadas del artista van dirigidas a todo tipo de causas.

Y, habla, habla y habla, y hace expresarse a cada uno de los modelos que posan en sus fotografías, por su cuenta, libres, desde la alegría, desde la aceptación. Muestran sus diferencias con orgullo, porque ser distintos siempre ha sido un motivo de satisfacción, es la sociedad la que convierte la diversidad en algo despreciable.

El artista dice, que con este trabajo, quiere “mostrar y probar que no porque seamos diferentes no somos bellos y fotogénicos. También  ha querido honrar a todas esas personas que tienen diferencias y demostrar que son capaces, que están a la altura, incluso por encima de maniquíes, modelos o supermodelos porque, para mi la diferencia es lo que hace la fuerza. Siempre he lanzado mensajes fuertes, aquí quería mostrar la fortaleza del ser humano, la fuerza que iban a trasmitir estos personajes interpretando sus verdaderos roles a través de sus experiencias, con sus cicatrices, con sus emociones, sus sensaciones, sus sentimientos, no era posible para mi trabajar sino con personajes reales. Utilizar otros modelos hubiera sido, no voy a decir insípido, pero con respecto a este mensaje hubiera estado un poco fuera de contexto”

Atrás ha quedado la oscuridad, nos envuelve la luz, rodeados de unos seres que nos observan desde la inmensidad de las imágenes, desde esos escenarios teatrales imaginados por el artista, como retándonos y preguntándonos con la mirada: ¿Qué opináis…?  Y, casi intimidados por su decisión, mirándolos te olvidas que son “solo” fotos, perfectamente iluminadas, perfectamente ambientadas, magníficas, en definitiva. Lienzos tan reales que se adivina el alma, no solo del artista (porque únicamente así se entiende la verdad que transmiten), sino de esos seres que están ahí y, que seguro, en sus vidas cotidianas cuando se hayan apagado las luces, como pasa en el teatro, y vuelvan a su realidad a luchar contra los prejuicios del mundo, siempre pensarán que no están solos, que hay muchos más Philippe Shangti.

 

El artista se muestra encantador, humilde mientras explica: “Siempre he tenido tendencia a denunciar las cosas, y es cierto que esta colección me tomó bastante tiempo y reflexión porque estaba en una zona no necesariamente cómoda, ya que en general estoy acostumbrado a trabajar con mis modelos habituales con un estereotipo bien definido”

De formación autodidacta, desde muy joven se interesó por la fotografía, él mismo explica que con solo 5 años ya tenía una cámara en sus manos y, con 14 se fabricó una para entender su funcionamiento.

Con 20 años salió de Toulouse para instalarse en la encantadora población de Saint Tropez, donde se dio a conocer exponiendo sus provocadoras imágenes en las paredes de los restaurantes de moda, que muy pronto atrajeron la atención de coleccionistas de arte. 

En su ciudad natal dejó el balonmano con los Spacers, y el Kung Fu, para comenzar una nueva vida llena de proyectos que le llevaron a ejercer de modelo, y a vivir todo tipo de excesos en las noches de una glamurosa población que fue el refugio de artistas como Henri Matisse, Brigitte Bardot, Paul Signac, etc. mucho antes que el destino favorito de la jet set.

Pero pronto se dio cuenta que: “el arte puede guiar la mentalidad de las personas y hablarles”, se convirtió en su esperanza y comenzó a poner toda su energía creativa al servicio de la denuncia social.

Saturado de las “animadas” noches de Saint Tropez de su atmósfera de glamour y superficialidad, cambia los yates, el lujo, la inmensidad del mar por la impresionante belleza de las montañas, y se instala en La Massana a los pies del pico más alto del Principado de Andorra donde inauguró un gran estudio y un museo abierto al público. Por supuesto la naturaleza le inspiró una nueva colección «Aquí no hay contaminación”, la primera realizada en el país. Está tan integrado en el entorno, que en 2019 lo eligieron para representar al Principado en la 58.ª Bienal de Venecia con el proyecto “The Future is Now”.

El artista no se cansa de denunciar, no hay temática que se le resista si él la siente como un mal social a combatir y, empalma colección tras colección. “Arte versus Drogas » marcó el comienzo de su carrera, después vendrían otras como “No Prostitucion Here” “Beaute Sauvage” “Seven” «Suicidio de bótox, “ Aquí no hay cocaína “ “Art is my Hope” “No Animal Killer Here”, etc. una producción interminable que continuará, porque el mundo está lleno de causas para defender.

Philippe Shangy, extiende su arte a la escultura, el video, la pintura y las performances en vivo. En ocasiones tiene como fuente de inspiración a algunos grandes referentes de la fotografía mundial como David LaChapelle, Guy Bourdin. En «No Judgement Here» conecta con Jean-Michel Basquiat, James Bidgood, Fernando Botero y Vincent Van Gogh.

La obra de Shangti ha ganado prestigio internacional por su originalidad, es uno de los fotógrafos franceses más prestigiosos, hasta el punto que una de sus obras adquirió el valor de 290.000 euros una subasta de L´Ástarossa en el Foro Grimaldi de Mónaco, lo que le convirtió en el fotógrafo francés vivo más cotizado de Francia.

Sus trabajos han sido exhibidos en Europa, Rusia y EEUU., ha expuesto en un sinfín de galerías, además de en el Museo de Bellas Artes de Carcassonne, Museo Contemporáneo Erarta de San Petersburgo, Museo de Bellas Artes de Francia, etc.

Ha colaborado con instituciones benéficas, marcas de renombre y la obra “Luxury Music Dinner» con el DJ David Guetta. También realizó la portada y numerosas fotografías para la revista Playboy Magazine´s Art Edition México, en 2021.

Shangti, es multidisciplinar para todo, así que su universo abarca también la gastronomía global con dos espectaculares restaurantes: “La Petite Forêt”, uno de los mejores de Andorra, que ofrece cocina gourmet basada en productos frescos, en un ambiente intimista, encantador y «L´Ópera de Saint Tropez», donde expone sus modernas creaciones y ofrece extravagantes espectáculos a lo largo de la cena. Un espacio elegante y excelente cocina, aunque, eso sí, antes de entrar hay que echar un vistazo a nuestra cuenta corriente. Fotos: Philippe Shangti

 

 

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Maria José Rasero periodista
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