Curiosamente, ayer que se celebraba el Día de Todos los Santos, repasando los textos de un blog que escribí hace unos años, me salió un post que le dediqué a mi padre hace mucho tiempo (bueno él muy santo no fue, pero sí un gran trabajador), ahora ya no está.
Y, como no creo en las casualidades vuelvo a publicarlo como homenaje a todos los emigrantes, a los que les guste trabajar y a los que no… Pero, entonces, los que tenían la necesidad de dejar su país para buscarse la vida en otro, por lo menos lo hacían con un contrato de trabajo bajo el brazo en unas condiciones digamos que “dignas”. Desgraciadamente eso no pasa ahora.
Mi padre era todo un personaje y sus aventuras en Alemania dan para una novela, que por supuesto, no habría podido leer mi madre. Este tema: “Oye, que yo no soy ese…” le hacía mucha gracia.
Anselmo, Paco y los “zeitungen”
¡Ojú, ojú!, qué día tan aburrido tengo, a ver si se acerca alguien y me alarga el botijo ese, que me estoy muriendo de sed. Pero, quién se va a acercar a comprar estos “newspaper” que hablan de economía, escritos en extranjero y encima atrasaos…
Mi amo es que es “mu” especial… Me acuerdo cuando nos fuimos a conocer mundo, “pa divertirnos, pa divertirnos» y terminamos en Colonia transportando ladrillos, claro como Alemania estaba toa caía, (alguien me explicó que se habían peleao con no sé quién o con todos) y estaban mu perjudicaos. Mi dueño como es mu apañao me dijo: “Chiquiiillo, vamos a quedarnos aquí a ayudarles a desperjudicarse y así aprendemos lenguas y nos sueltan unas perrillas».
Yo aprendí mucho, no de periódicos que sólo los utilizábamos para envolver el bocadillo de salchichas. ¡Je, je je!. Que jodías las salchichas esas tan tiesicas, tan secas, nada que ver con las morcillonas negras bien hechas que me zampaba en el pueblo (a mi me recordaban otras cosas).
Y, además… ¡Como estaban esas «welpen!, que es lo mismo que perritas (o no, porque como hace tanto tiempo que estuve allí no me acuerdo cómo se decía en germano)… Pero que lindísimas eran las jodias, con más morbo que… Qué sé yo… Hummm; tan rubitas, tan blanquitas… ¡Joér! Como me ponían. Yo, detrás todo el día: “Ich liebe dich, ich liebe dich” y cantándoles: «Entre flores, fandanguillos y alegría /
Nació mi España, la tierra del amor / ¡Que viva España!./ Y si queréis siempre me recordareis…» o ésta, que casi nunca fallaba: “Germany, dich verlass ich nie / Meine Liebe, dich verlass ich nie (Alemania, nunca te dejaré/Mi amor, nunca te dejaré).
No daba abasto, aunque tengo que confesar que a mi donde se me ponga una morena jamona que se quiten las valkirias.
Y, en esas estaba cuando le dije a mi dueño que para transportar ladrillos prefería quedarme en mi pueblo recogiendo bellotas, mucho más patrio y auténtico (y de paso cuando están maduritas, si no hay otra cosa, te las puedes comer), y él, después de un momento de concentración, me dijo: “Quiiillo vámonos pa casa que aquí no se nos ha perdio na… Por fin se dio cuenta que eso de agacharse y levantarse tantas veces con unos tochazos en la mano no era na intelectual, pero sí mu cansao, y mirando al horizonte dijo otra de sus frases gloriosas: “Llevo días pensando que el suelo está muuu bajo”.
Porque para mí amo lo de currelar era algo que él veía en las películas… y siempre preguntaba: Pero, ¿qué hace ese gachó?, eso se tiene que hacer pa que te suelten un poco de pasta?
Volvimos andando desde Alemania «pa» no gastar. Chiquillos que caminata…
Y con el poco dinero que ganamos Anselmo, que así se llama mi dueño, decidió montar un negocio «europeo», de esos que no tienes que hacer mucho esfuerzo. Y entonces fue cuando me dijo:
“Paaaco. Te acuerdas de esos papeles que servían para envolver las salchichas pero en nuevo, ¿cómo se llamaban?
Periódicos, jefe, se llaman periódicos. Y así fue cómo se pasó a lo de la venta de “zeitungen”.
Como a él le gusta tanto el parné y en un alarde cultural (que para eso es una persona viajada) dijo: “Sólo venderemos los que hablen de economía” (que el Anselmo de eso sabe un rato sólo compra en Mercadona).
Tuvo un fallo; que al pueblo llano este tipo de “zeitungen” como que no le van… y como mi jefe no tira na, aquí estoy yo, intentando vender “newspapers” de hace unos años.
Yo, ya le he dicho que así no hacemos ná de ná, porque como no se acerque alguien que le guste lo vintage no nos llega ni pa comprar unas pipas..
Pero él erre que erre… que no tira na y que no tira na, y como no tenemos ni pa bocadillos, aquí estoy yo apoltronado, pero eso sí, repeinao, guapo y elegante como siempre, (que la belleza no está reñía con el hambre), esperando: “…¡Y ya no puedo más!/ ¡Ya no puedo más! / Siempre me traiciona la razón / Y me domina el corazón… (Qué me pasa, por aquí no iba; es que me puede Camilo Sesto)
¡Ay! Anselmo… Que paciencia tengo, si a veces lo mejor es no viajar. Pero, por favor, que se venga alguien paquí, aunque sea a mirar las estampitas y me acerque ese botijo…
¿Y por qué no te levantas y lo coges tú.? Coño, como no se me había ocurrio… Es que estoy mu cansao
Visitas: 1
El Cajón de Lady Pepa, es un espacio donde caben noticias de cualquier ámbito. En está página hablaré de temas que para mi sean interesantes al margen de si son o no actualidad. Es mi espacio, y quiero que sea un reflejo de lo que me apasiona, de lo que me molesta y lo que me sorprende. Me interesa la moda, me gustan los viajes, pero sobre todo admiro a las personas que con sus ideas e iniciativas ayudan a crear un mundo mejor.
Más historias
Ana de Armas: Hay amores que matan
La traición aplace, más no el que la hace: Chabelita Pantoja
Traición